SALUD PÚBLICA | 12 jul 2024
Cáncer cervicouterino: son clave las estrategias preventivas y el acceso con equidad
El cáncer cervicouterino representa un desafío de salud pública, a la par de un enfoque integral y coordinado.
Las estrategias que aborden la salud sexual y reproductiva, la salud en adolescentes, la inmunización contra el Virus de Papiloma Humano (VPH) y el control del cáncer cervicouterino son fundamentales.
Este tipo de cáncer tiene una historia natural larga que ofrece diversas oportunidades de intervención a lo largo de la vida de la mujer, mediante estrategias efectivas de prevención primaria y secundaria, y un manejo adecuado de diagnóstico y tratamiento, incluyendo acceso a cuidados paliativos.
Datos clave subrayan la gravedad de la situación: en la región de las Américas, en los últimos años más de 83,000 mujeres fueron diagnosticadas y casi 36,000 fallecieron. Si las tendencias actuales continúan, se espera un aumento del 45% en las muertes para 2030. Las disparidades son evidentes, con tasas de mortalidad tres veces más altas en América Latina y el Caribe en comparación con Norteamérica.
En Argentina
La Fundación Huésped destaca que en Argentina, según el informe del Instituto Nacional del Cáncer de 2022, el Cáncer de Cuello de Útero ocupa el cuarto lugar en mortalidad, después del cáncer de mama, el cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal.
Anualmente, aproximadamente 4.500 mujeres reciben este diagnóstico y se estima que 2.300 pacientes fallecen por esta enfermedad. Este contexto subrayan la urgencia de mejorar las estrategias de prevención y control del cáncer cervicouterino en el país, reforzando la importancia de programas efectivos de tamizaje y acceso equitativo a las nuevas tecnologías disponibles
El tamizaje seguido de tratamiento de lesiones precancerosas es una estrategia costo-efectiva, y la vacunación contra el VPH puede prevenir cerca del 70% de los casos. Sin embargo, la implementación efectiva de estas estrategias es desigual debido a limitaciones en los sistemas de salud y factores culturales.
Nuevas herramientas como la inspección visual con ácido acético (IVAA) y la prueba de ADN del VPH ofrecen oportunidades sin precedentes para mejorar la prevención y el control. La vacunación de adolescentes y el tamizaje de mujeres en riesgo, junto con tratamientos oportunos, son cruciales. La evidencia científica respalda la viabilidad de estas tecnologías, sugiriendo un momento oportuno para actualizar los programas de prevención y control del cáncer cervicouterino en beneficio de la salud pública y de las mujeres.
Una de las maneras más efectivas de prevenir la adquisición del VPH es la vacunación: En Argentina existe una vacuna contra el VPH, incluida en el Calendario Nacional de Vacunación que previene dos de los tipos de alto riesgo responsables de cerca del 80% de los casos de cáncer de cuello uterino y protege contra dos de bajo riesgo que se asocian con verrugas genitales. También la indicación de la realización del Papanicolaou sigue siendo clave para detectar las lesiones precancerosas a tiempo. Se estima que el 80% de las personas que alguna vez hayan tenido relaciones sexuales van a contraer uno o varios de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas, por lo cual los controles ginecológicos periódicos son fundamentales para detectar la aparición de lesiones.