viernes 20 de septiembre de 2024 - Edición Nº2116

INVESTIGACIÓN + TRATAMIENTO | 9 sep 2024

Vinculación entre la depresión y el sistema inmunológico

Un análisis de sangre que examina la respuesta inmune innata y adaptativa podría revolucionar el diagnóstico de la depresión, una enfermedad mental que afecta a cientos de millones de personas globalmente. Investigadores del CONICET descifraron la firma inflamatoria asociada con el episodio depresivo mayor, revelando una conexión. 


La depresión es una de las enfermedades mentales más comunes, con más de 300 millones de personas afectadas en todo el mundo. En Argentina, aproximadamente el 5,7% de la población sufre de trastornos del estado de ánimo. En este contexto, ha surgido evidencia creciente sobre la relación entre la depresión y el funcionamiento del sistema inmunológico. Un equipo dirigido por Federico Daray y Andrea Errasti, investigadores del CONICET en el Instituto de Farmacología de la UBA, exploró esta relación para determinar si es posible identificar a los pacientes depresivos a través de la evaluación de la respuesta inmune en sangre. El resultado fue notable: lograron una precisión superior al 80%. Este hallazgo se basó en las alteraciones observadas en células específicas del sistema inmunológico. “También descubrimos tres subgrupos de pacientes con perfiles inmunológicos distintos, lo que podría indicar diferentes tipos de depresiones inflamatorias o etapas de una misma enfermedad”, señala Daray.

Células inmunes y marcadores inflamatorios

Las alteraciones en el número y activación de ciertas células inmunes, así como niveles elevados de marcadores inflamatorios, están vinculadas con la depresión. “Decidimos realizar este estudio debido a la creciente evidencia de la relación entre el sistema inmunológico y la depresión. Mientras muchos estudios previos se enfocaron en marcadores humorales, especialmente citoquinas, nuestro equipo se centró en la evaluación del sistema inmune celular, incluyendo linfocitos y monocitos”, explica Errasti. El estudio, titulado “Descifrando la firma inflamatoria del episodio depresivo mayor: perspectivas a partir de la inmunofenotipificación periférica en estado activo y en remisión, un estudio de casos y controles”, fue publicado en la revista Translational Psychiatry de Nature. “Nuestro objetivo fue identificar un panel de biomarcadores que pueda diferenciar subgrupos de pacientes depresivos y servir como base para futuros estudios sobre la evolución de la enfermedad y la respuesta al tratamiento”, añade Errasti.

Avances en la terapia y diagnóstico

La investigación en el tratamiento de trastornos del ánimo ha sido limitada en innovación durante las últimas décadas. Actualmente, los pacientes con depresión reciben un diagnóstico clínico y se tratan de manera similar a como se hacía hace 30 años, utilizando Inhibidores de la Recaptación de Serotonina (IRS). “Sin embargo, sabemos que dos tercios de los pacientes no responden o lo hacen parcialmente a estos tratamientos. Por eso, es crucial mejorar los tratamientos, y la modulación del sistema inmune podría ser una alternativa prometedora”, afirma Daray.

El estudio, iniciado en 2018 y suspendido por la pandemia, logró completar la fase de reclutamiento en diciembre de 2022 con 121 participantes. Evaluaron a pacientes con depresión en diferentes etapas de la enfermedad y compararon los resultados con sujetos sanos del mismo rango etáreo y género. Analizaron muestras de sangre para perfiles inmunológicos mediante citometría de flujo y medición de marcadores inflamatorios en plasma.

Resultados 

El equipo identificó un aumento en el número de monocitos, especialmente de subtipos intermedios y no clásicos, en pacientes con depresión. Además, observaron una mayor activación de linfocitos T CD4 y marcadores de agotamiento celular en comparación con controles sanos. También detectaron un incremento en células T reguladoras CD4+CD25+FOXP3+ y en marcadores solubles de neuroinflamación, como sTREM2 e IL-17ª.

Utilizando técnicas de aprendizaje automático, el equipo logró una precisión del 83,8% en la clasificación entre pacientes con depresión y controles sanos. La mayoría de los marcadores discriminantes estaban relacionados con la activación de células inmunes. “No esperábamos una precisión tan alta y que los marcadores celulares fueran los más relevantes”, comenta Daray. La identificación de tres subgrupos inmunológicos distintos entre pacientes depresivos sugiere posibles tipos de depresiones inflamatorias o etapas diferentes de una misma enfermedad, lo que podría influir en el desarrollo de tratamientos personalizados.

Perspectivas Futuras

La medición de estos biomarcadores en sangre podría complementar las evaluaciones clínicas para el diagnóstico de la depresión. Además, identificar subtipos de depresión inflamatoria podría llevar al desarrollo de terapias dirigidas a los mecanismos inmunológicos específicos. “Actualmente, se están probando fármacos que modifican la respuesta inflamatoria con potencial efecto antidepresivo. Es probable que, en los próximos años, tengamos nuevas herramientas terapéuticas para tratar la depresión”, concluye Daray.

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