PUNTO DE VISTA | 26 sep 2024
IA: un versus entre eficiencia y accesibilidad
La inteligencia artificial promete revolucionar la atención médica, con ahorros billonarios y mayor seguridad para los pacientes. Sin embargo, su implementación enfrenta desafíos críticos de acceso, planteando dudas sobre si todos los sistemas de salud podrán beneficiarse por igual de esta tecnología transformadora.
La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de transformar radicalmente el sector de la salud, con beneficios que podrían incluir ahorros anuales de hasta un billón de dólares y una mayor seguridad para los pacientes. Sin embargo, la adopción generalizada de esta tecnología plantea interrogantes sobre quién tiene acceso a ella y cómo su uso podría profundizar o mitigar las desigualdades existentes en los sistemas de salud globales.
El informe "Move Your But", elaborado por Globant, analiza tanto las oportunidades como los obstáculos para la implementación de la IA en el ámbito sanitario, poniendo de relieve las resistencias, los desafíos organizacionales y las mejoras significativas que podría ofrecer en términos de eficiencia operativa, especialmente en áreas críticas como los quirófanos, donde se anticipa una optimización del 39% al 93%. Sin embargo, no todo es positivo. Al tiempo que se proyecta un incremento exponencial en el mercado de IA en salud, desde 15.100 millones de dólares en 2022 hasta más de 187.180 millones para 2030, surgen preguntas sobre quiénes serán los beneficiarios de estos avances y si todos los sectores podrán acceder a esta tecnología disruptiva.
Acceso a la IA en salud
Por un lado, los defensores de la IA subrayan su capacidad para generar ahorros masivos y aumentar la eficiencia hospitalaria. Se calcula que la adopción masiva de IA en Estados Unidos podría ahorrar más de un billón de dólares anuales, optimizando el uso de recursos hospitalarios y asegurando un entorno más seguro para los pacientes. Estos avances permitirían a los profesionales de la salud centrarse en sus pacientes, mientras que la IA se encargaría de las tareas rutinarias. Un ejemplo claro de esta revolución se encuentra en la integración de IA en la gestión de la diabetes, donde la personalización de la experiencia del paciente ha mejorado tanto la interacción como los resultados médicos.
Sin embargo, la otra cara de la moneda plantea cuestiones como: ¿Podrán todas las instituciones de salud y países acceder a la tecnología necesaria para implementar estas mejoras? Las barreras de entrada son altas, y la falta de recursos, cultura organizacional o incluso el acceso a datos confiables podrían bloquear la adopción de la IA en muchos sistemas sanitarios. Si bien las grandes instituciones en economías avanzadas tienen la capacidad de liderar la transformación, los sistemas de salud más precarios corren el riesgo de quedarse atrás, ampliando las brechas existentes en la atención médica global.
El informe de Globant destaca que muchos de los obstáculos a la implementación de IA en salud—como la falta de recursos, el escepticismo organizacional y el tiempo de adopción—son barreras que pueden superarse. La pregunta clave sigue siendo si la superación de estos obstáculos está al alcance de todos los actores del sistema sanitario. ¿Estamos preparados para democratizar el acceso a la IA o esta transformación terminará consolidando las diferencias entre quienes tienen acceso a los recursos tecnológicos y quienes no?
La adopción de la IA en salud no solo plantea un desafío técnico, sino también un debate ético: ¿cómo aseguramos que los avances tecnológicos se utilicen para reducir las desigualdades en la atención médica global en lugar de agravarlas?