viernes 18 de octubre de 2024 - Edición Nº2144

INVESTIGACIÓN + TRATAMIENTO | 9 oct 2024

Diagnósticos rápidos para crisis sanitarias

Desarrollan plataforma de test rápidos con anticuerpos de caballo

Investigadores argentinos presentan una plataforma para producir test rápidos basados en anticuerpos policlonales de caballo, ofreciendo una solución accesible ante emergencias sanitarias.


Un equipo interdisciplinario de investigadores de la Fundación Instituto Leloir (FIL), aprovechando las lecciones aprendidas durante la pandemia de COVID-19, desarrolló una plataforma innovadora que permite producir test rápidos de diagnóstico basados en anticuerpos policlonales purificados de caballo. Estos anticuerpos resultan ser una alternativa más económica y accesible que los monoclonales tradicionales, lo que los convierte en una herramienta clave para enfrentar brotes de enfermedades infecciosas como el dengue.

El proyecto, que fue publicado en la prestigiosa revista científica Biosensors, estuvo encabezado por las doctoras Daiana Capdevila, jefa del Laboratorio de Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas del Instituto Leloir, y Ana Sol Peinetti, del Laboratorio de Bionanotecnologías del Instituto de Química, Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE) de la UBA y CONICET. Las investigadoras, junto a su equipo, presentaron unas pruebas de flujo lateral (LFT) de acceso abierto que utilizan anticuerpos policlonales obtenidos del suero de caballo. Este insumo es más accesible y fácil de producir que los anticuerpos monoclonales comerciales, cuya disponibilidad puede verse afectada en momentos críticos, como ocurre en crisis sanitarias.

Los anticuerpos policlonales, a diferencia de los monoclonales, no son tan específicos para un antígeno particular. Sin embargo, como explican las científicas, estos anticuerpos pueden reconocer varias regiones en la superficie de un antígeno, lo que los hace altamente versátiles y efectivos. “Nosotros aislamos, en suero de caballo, los anticuerpos más útiles contra una proteína del virus SARS-CoV-2 y desarrollamos herramientas de diagnóstico rápido para detectar COVID-19 en humanos”, señala Capdevila. “Aunque el estudio se realizó con el virus que causó la última pandemia, el método es aplicable a muchas otras enfermedades infecciosas donde las herramientas de diagnóstico son escasas”, agrega Peinetti.

Durante la pandemia, los test rápidos de flujo lateral (LFT) se popularizaron por su facilidad de uso en contextos no hospitalarios, como hogares, escuelas y aeropuertos. No obstante, como sucedió con el brote de dengue a principios de este año, en situaciones de emergencia sanitaria la demanda de insumos esenciales como estos test puede sobrepasar la oferta, generando cuellos de botella que afectan a países sin desarrollos propios y dependientes de importaciones.

“Hay una necesidad urgente de desarrollar capacidades de fabricación local en los países en desarrollo para asegurar una cadena de suministro robusta de LFT, capaz de enfrentar brotes infecciosos presentes y futuros”, destaca el artículo, cuyos autores incluyen a destacados investigadores como Andrea Gamarnik, Julio Caramelo y Marcelo Yanovsky, jefes de laboratorios del Instituto Leloir, y la biotecnóloga Estefanía Peri Ibáñez, de la Universidad Nacional de Quilmes.

El trabajo describe diferentes estrategias para la obtención de anticuerpos, incluyendo anticuerpos monoclonales de ratón y policlonales de llama, que fueron desarrollados en colaboración con investigadores de la UBA y el Instituto de Oncología Ángel Roffo. Sin embargo, los anticuerpos policlonales de caballo, producidos en conjunto con el Instituto Anlis-Malbrán, fueron los que mostraron mejores resultados. Estos anticuerpos tienen una larga trayectoria en la producción de sueros antiofídicos y antivenenos, una tecnología fundamental en la salud pública que, según el equipo de investigación, también podría aplicarse para fines diagnósticos.

Además, la investigación resalta el rol crucial de los centros de producción públicos en América Latina, que, al contar con experiencia en la fabricación de sueros antivenenos, podrían expandir sus capacidades para generar anticuerpos policlonales destinados a diagnósticos de enfermedades como el COVID-19. “Los sueros antivenenos son insumos donde la inversión pública es clave para garantizar el acceso. A nivel mundial, la mayoría de los centros que los producen son públicos, ubicados en regiones de bajos recursos, a diferencia de las grandes multinacionales que operan principalmente en países centrales”, remarcan los autores.

Con la infraestructura actual, el equipo argentino asegura que es posible producir hasta cinco millones de test rápidos por año. Además, están trabajando en la adaptación de la tecnología para aplicarla a otros virus que requieren diagnósticos rápidos, como el dengue, un desafío epidemiológico urgente. “En este momento estamos abocados a desarrollar pruebas para el dengue, lo que nos permitirá tener más herramientas para enfrentar futuras epidemias como la que vivimos recientemente”, concluye Peinetti.

Este avance científico no solo mejora la preparación y respuesta ante emergencias sanitarias, sino que también ofrece a los países en vías de desarrollo una mayor autonomía en la gestión de su salud pública, permitiéndoles fabricar sus propios insumos y reducir la dependencia de mercados externos.

Fuente: Agencia CyTA-Leloir

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