PREVENCIÓN & PROMOCIÓN | 14 nov 2024
Un 12% de los pacientes con cáncer tienen diabetes
En el marco del Día mundial del paciente diabético, que se conmemora el 14 de noviembre, el Instituto Henry Moore presenta su “Tercer Informe de Síntesis”, bajo el título “Diabetes y Cáncer: Una Oportunidad para Mejorar”. Impacto en la salud pública y estrategias de mejora para la longevidad y calidad de vida de los pacientes.
Este trabajo, coordinado por el Dr. Ernesto Gil Deza, Director de Investigación y Docencia de dicho instituto, miembro de la Academia de Ciencias de la Salud de Tucumán y Director de la carrera de Oncología de la Universidad del Salvador, ofrece un exhaustivo análisis sobre la relación entre estas dos patologías prevalentes del siglo XXI, con el fin de concientizar sobre su impacto en la salud pública y proponer estrategias de mejora para la longevidad y calidad de vida de los pacientes.
El informe pone de relieve el preocupante aumento de la incidencia de cáncer en pacientes diabéticos. Según los datos recabados entre septiembre de 2012 y octubre de 2023, de un total de 25.989 pacientes asistidos en el Instituto, el 12% (3.181 pacientes) sufrían de diabetes al momento de su diagnóstico oncológico. Esta cifra es más alta que el promedio de diabetes en la población general argentina, que se sitúa en el 5,4% entre los 20 y 79 años. Pero además, el trabajo de investigación revela que El 60% de los pacientes con cáncer y diabetes no registra a su diabetólogo como médico de cabecera, y alarma la falta de controles preventivos: dos tercios de las mujeres no realizan Papanicolaou, y el 80% de los pacientes no se somete a colonoscopias. Estos descuidos, en una población con acceso a la salud, exponen la necesidad de mejorar la educación sanitaria y promover controles preventivos que pueden salvar vidas.
El Dr. Gil Deza subraya que “la diabetes es probablemente la comorbilidad endocrina más frecuente entre los pacientes con cáncer”, afectando a uno de cada diez pacientes oncológicos adultos en el momento de su diagnóstico. Las interacciones entre el tratamiento del cáncer y el manejo de la diabetes se tornan esenciales, ya que las comorbilidades complican los tratamientos y la salud del paciente en general.
Tratamientos y perfil de los pacientes
El estudio revela que la mayoría de los pacientes diabéticos con cáncer reciben algún tipo de tratamiento para la diabetes: el 59% utilizan hipoglucemiantes orales, el 11% requieren insulina, mientras que el 30% no registran ningún tratamiento específico, lo que sugiere que su diabetes es relativamente reciente o está siendo controlada mediante cambios de estilo de vida.
Además, el análisis destaca que los pacientes diabéticos tienden a ser de mayor edad y presentar más comorbilidades que los no diabéticos. La diferencia de edad promedio entre ambos grupos es de aproximadamente siete años, sin embargo los pacientes que requieren insulina son más jóvenes, Los tumores tienden a aparecer dos años antes que los que no están recibiendo tratamiento farmacológico y un año antes que en quienes utilizan hipoglucemiantes orales.
Desafíos en la atención médica y prevención
Uno de los hallazgos más significativos del informe es la falta de médicos de cabecera entre los pacientes diabéticos. Solo el 44% de los pacientes bajo tratamiento registraron tener un médico de cabecera, lo que evidencia una importante área de mejora en la coordinación de los cuidados médicos. Esta situación puede afectar la prevención y detección temprana tanto de complicaciones asociadas a la diabetes como de nuevos casos de cáncer.
El informe también destaca que, aunque las mujeres presentan mayor predisposición a realizarse estudios preventivos como mamografías o exámenes ginecológicos, existe una alarmante subutilización de prácticas de prevención oncológica: más de dos tercios de los pacientes no se realizaron colonoscopias ni estudios de sangre oculta en materia fecal, a pesar de que estas pruebas salvan vidas.
Conclusiones
● Al menos uno de cada diez pacientes con cáncer también presenta diabetes como condición asociada, lo que subraya la relevancia de abordar ambas patologías en conjunto.
● Aunque tanto el cáncer como la diabetes están relacionados con el envejecimiento, se observa una correlación entre la severidad de la diabetes y la aparición de tumores. La mediana de edad para el diagnóstico de cáncer fue de 64 años en el grupo no medicado, 63 años en el grupo tratado con hipoglucemiantes orales y 62 años en el grupo que recibió insulina.
● Los pacientes diabéticos con cáncer presentan en promedio entre cinco y seis comorbilidades adicionales, siendo los trastornos cardiovasculares los más comunes.
● Tal como lo han demostrado estudios previos, los pacientes diabéticos tienen un mayor riesgo de desarrollar tumores digestivos, particularmente cáncer de páncreas, y también cánceres ginecológicos, como el de endometrio.
● Los pacientes diabéticos tienden a presentar tumores más avanzados en el momento de su primera consulta, especialmente en el caso de los tumores digestivos, lo que sugiere la necesidad de un diagnóstico más temprano en esta población.
● A pesar de ser una población que, en teoría, recibe un seguimiento regular por su diabetes y tiene acceso al sistema de salud, el 60% de los pacientes no tiene a un diabetólogo registrado como médico de cabecera.
● El uso de medidas preventivas sigue siendo insuficiente. Un tercio de las mujeres no se realizó mamografías, dos tercios no se hicieron colposcopias ni pruebas de Papanicolaou; en los hombres, dos tercios no realizaron consultas urológicas. Además, la mitad de los pacientes no realizó exámenes de colonoscopia o de sangre oculta en materia fecal, y menos del 10% controló sus lunares, a pesar de que todas estas prácticas preventivas están disponibles y han demostrado ser eficaces para salvar vidas.
● Este estudio está limitado a una cohorte de pacientes de una sola institución, que en su mayoría pertenecen a una población de clase media con acceso a la educación, trabajos formales y cobertura de salud, por lo que los resultados pueden no ser generalizables a otras poblaciones.
● Trabajar con datos clínicos permite comprender mejor la realidad sanitaria de esta población. Poner esta información a disposición de la comunidad tiene el objetivo de incentivar a otros investigadores a compartir sus datos y, en conjunto, contribuir a mejorar la salud pública.
Oportunidades de mejora
El informe destaca áreas de mejora clave en la atención de estos pacientes, incluyendo la necesidad de una mayor educación sobre la importancia de la prevención del cáncer en pacientes diabéticos y la urgencia de instaurar la figura de un médico de cabecera que coordine sus cuidados. Asimismo, se propone un trabajo conjunto entre diabetólogos y oncólogos para mejorar la prevención, diagnóstico y tratamiento de ambas enfermedades.
“La diabetes no solo afecta la vida diaria de los pacientes, sino que también influye en la aparición y evolución del cáncer. Es vital que intensifiquemos los esfuerzos en la prevención y el tratamiento de ambas dolencias, así como en la concientización de la importancia de los cuidados integrales para mejorar la calidad de vida y la longevidad de la población”, concluye Gil Deza.