SALUD PÚBLICA | 21 nov 2024
El riesgo de la comercialización de medicamentos de venta libre fuera de farmacias
A través del Decreto 1024/2024, el Gobierno Nacional modificó la legislación que regula la comercialización de medicamentos. A partir de ahora, los fármacos de venta libre podrán adquirirse en kioscos, supermercados y almacenes, además de las farmacias tradicionales. El comunicado de las entidades farmacéuticas.
Con sustento en el DNU 70/2023 que modificara el régimen de la Ley 17565, el gobierno nacional publicó el decreto 1024/2024, que establece que la comercialización de medicamentos de venta libre y otros productos anexos a la actividad farmacéutica, como aquellos destinados a higiene, estética, desinfección o similares, podrá realizarse sin la intervención ni supervisión de un farmacéutico.
La normativa dispone además que medicamentos como analgésicos y antiácidos de venta libre podrán estar disponibles en góndolas, no solo en farmacias, sino también en otros comercios habilitados. Hasta el momento, estos productos debían solicitarse exclusivamente en mostradores de farmacias, bajo la supervisión de un farmacéutico.
Según Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, el decreto "elimina todas las restricciones existentes para la venta de analgésicos y antiácidos de venta libre en cualquier tipo de comercio". Sin embargo, aclaró que los puntos de venta no farmacéuticos estarán sujetos a una única restricción: el comprador deberá acreditar la mayoría de edad mediante su documento de identidad.
El listado de medicamentos permitidos inicialmente se limita a analgésicos y antiácidos, aunque las autoridades no descartan ampliar esta nómina en el futuro.
Desde el Ministerio de Salud de la Nación explicaron que la iniciativa busca "cortar la asimetría de la información en materia de precios de los medicamentos y favorecer la libre elección de los ciudadanos". Además, el decreto se alinea con la intención de "democratizar el acceso a productos esenciales", argumentan desde el gobierno.
Desde el ámbito farmacéutico y sanitario advierten sobre los riesgos de desregular la venta de medicamentos, y subrayan que la supervisión de un farmacéutico es clave para evitar el mal uso o abuso de estos productos.
El rol del farmacéutico
En un comunicado la Federación Farmacéutica -FEFARA- advierte que no se trata de una cuestión de precios sino de salud pública y apuntan que el acceso irrestricto puede fomentar la automedicación irresponsable, con consecuencias graves para la salud".
“Bajo el argumento de “proteger al consumidor”, garantizar un “tratamiento fehaciente y veraz de la información” y asegurar “la libertad de elección sin menoscabar el derecho a la salud”, la normativa habilita a que los medicamentos y productos indicados puedan ser exhibidos y comprados directamente desde las góndolas de las farmacias, sin necesidad de “intermediarios”, denostando la labor del profesional farmacéutico”, sostiene el comunicado.
Y agrega que, desde las entidades farmacéuticas vienen alertando respecto a que ningún medicamento es inocuo. “Incluso los mal denominados de “venta libre”, pueden tener consecuencias y efectos adversos graves si no se usan correctamente”, sostienen y señalan que, “al exhibirlos en góndolas como si fueran simples mercancías, se pone en riesgo la salud de los pacientes”.
“Sin la orientación adecuada sobre su uso, interacciones con otros fármacos y contraindicaciones, se incrementa el riesgo de automedicación incorrecta, con consecuencias potencialmente peligrosas”, advierten la entidad.
Finalmente, desde la Federación recuerdan que “las farmacias no son formadoras de precios de los medicamentos, por lo tanto, las medidas propuestas por el decreto en cuestión, para nada contribuyen a lograr un objetivo de ese tenor”.
Cabe señalar que un importante número de las provincias tienen su propia ley sanitaria en salvaguarda del medicamento y la salud de su población, es decir prohíbe expresamente la venta de medicamentos de “Venta Libre” fuera de las farmacias y prohíben que los mismos estén en góndolas al alcance del público.
“La farmacia argentina es un modelo de eficacia sanitaria a nivel mundial, pero este decreto busca transformarla en un simple negocio, al servicio de los intereses económicos de unos pocos, para pasar del modelo sanitario al “farmashopping”, convirtiendo al medicamento de un bien social en un objeto de consumo al que solo algunos argentinos podrán acceder”, concluyen.