PREVENCIÓN & PROMOCIÓN | 19 dic 2024
Cáncer de piel: claves para prevenirlo y proteger tu salud
El cáncer de piel es la enfermedad oncológica más común a nivel global y según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 se diagnosticaron más de 1.5 millones de casos nuevos y cerca de 60,000 muertes relacionadas con esta patología. Sin embargo, este alarmante panorama también resalta una esperanza: la mayoría de los casos pueden prevenirse mediante hábitos responsables y una mayor conciencia sobre los factores de riesgo.
El cáncer de piel se desarrolla cuando las células cutáneas experimentan un crecimiento anormal debido a diversos factores. La piel, el órgano más grande del cuerpo humano, actúa como una barrera protectora frente a lesiones, infecciones y radiación solar, y está compuesta por varias capas, siendo las principales la epidermis (externa) y la dermis (interna).
Entre los tipos de cáncer de piel se encuentran:
- Carcinoma basocelular: El más común, de crecimiento lento y con menor probabilidad de diseminación.
- Carcinoma espinocelular: Moderadamente agresivo, puede propagarse si no se trata a tiempo.
- Melanoma: El más peligroso debido a su capacidad de invadir otros órganos; responsable de la mayoría de las muertes relacionadas con cáncer de piel.
Aunque las personas con piel clara son más propensas a desarrollarlo, el cáncer de piel puede afectar a cualquier individuo, independientemente del tipo de piel o antecedentes genéticos.
Factores de riesgo: ¿quiénes están más expuestos?
El principal culpable del cáncer de piel es la radiación ultravioleta (UV), emitida tanto por el sol como por dispositivos artificiales, como camas de bronceado. Entre los factores de riesgo más relevantes están:
- Exposición prolongada a la luz solar sin protección.
- Tez clara: Piel que se quema con facilidad, ojos claros y cabello rubio o pelirrojo.
- Quemaduras solares graves, especialmente en la infancia o adolescencia.
- Antecedentes personales o familiares de cáncer de piel.
- Uso de camas solares o lámparas UV.
- Presencia de lunares numerosos o anormales.
- Sistema inmunitario debilitado, ya sea por enfermedad o tratamiento médico.
Es importante señalar que, aunque ciertos factores como la genética no pueden modificarse, muchos otros pueden controlarse mediante medidas preventivas.
La prevención es la clave
Adoptar hábitos saludables y proteger la piel de los rayos UV puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de piel. A continuación, algunas recomendaciones:
- Usar protector solar diariamente, incluso en días nublados, con un factor de protección solar (FPS) mínimo de 30.
- Evitar la exposición al sol en las horas pico (10:00 a. m. a 4:00 p. m.), cuando la radiación UV es más intensa.
- Vestir ropa protectora, incluyendo sombreros de ala ancha, lente de sol con filtro UV y prendas de tela densa.
- Evitar camas de bronceado, que emiten radiación UV artificial dañina.
- Buscar sombra siempre que sea posible, especialmente en actividades al aire libre.
- Realizar autoevaluaciones regulares de la piel, prestando atención a cambios en lunares, manchas o lesiones, y acudir a un dermatólogo ante cualquier irregularidad.
Aunque no se ha comprobado que el uso de protector solar prevenga todos los tipos de cáncer de piel, protege contra los daños acumulativos de los rayos UV, que son un factor clave en el desarrollo de esta enfermedad. Y si bien en la actualidad diferentes ensayos clínicos estudian nuevas estrategias para prevenir el cáncer de piel, el primer paso sigue siendo la prevención a través de hábitos saludables y responsables.
La lucha contra el cáncer de piel comienza con la conciencia y la acción. Proteger la piel no solo es una medida estética, sino una inversión en salud a largo plazo.
Fuente: Instituto Oncológico Henry Moore