viernes 27 de diciembre de 2024 - Edición Nº2214

SALUD PÚBLICA | 26 dic 2024

Riesgo de trichinellosis: evaluación científica revela factores clave

Un estudio del CONICET advierte sobre su impacto en la salud pública y señala que el consumo de productos porcinos de sistemas no controlados aumenta el riesgo de contagio.


Científicos del CONICET y otras instituciones académicas, a través de la Red de Seguridad Alimentaria (RSA) del CONICET, publicaron recientemente un análisis exhaustivo sobre los riesgos de contraer trichinellosis en Argentina debido al consumo de carne de cerdo y sus derivados, como embutidos y salazones.

La trichinellosis es una enfermedad parasitaria causada por larvas de nematodes del género Trichinella. Es una zoonosis que se transmite accidentalmente a los humanos mediante el consumo de carne o productos cárnicos crudos o mal cocidos que contienen larvas viables. Según Fernando Fariña, investigador del CONICET y coordinador del estudio, “Argentina registra un alto número de casos en comparación con otros países, lo que resalta la relevancia de esta problemática en salud pública”.

El informe detalla que esta enfermedad es endémica en el país y de notificación obligatoria. Mientras que en la década de 1990 los casos humanos anuales oscilaban entre 100 y 200, este número aumentó significativamente, alcanzando 5.217 afectados entre 1990 y 1999. En 2023, se notificaron 1.103 casos humanos y, en 2020, se registraron 80 brotes en cerdos domésticos. Las provincias más afectadas son Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, aunque en la última década se ha observado una distribución más amplia a nivel nacional, según Viviana Randazzo, investigadora de la Universidad Nacional del Sur y co-coordinadora del informe.

Mayor riesgo en sistemas sin control sanitario

El estudio subraya que el riesgo de contraer trichinellosis es significativamente mayor cuando los productos provienen de sistemas sin controles sanitarios. Entre los factores evaluados, la cantidad de carne consumida resultó determinante para cortes cárnicos, mientras que en embutidos y salazones, el tiempo de almacenamiento fue el principal indicador de riesgo.

Sin embargo, la falta de información precisa sobre la cantidad de sistemas no controlados en la producción porcina limita una evaluación integral del riesgo. Randazzo destaca que “es fundamental mejorar los sistemas de documentación y relevamiento de información, promoviendo la colaboración entre instituciones para tomar decisiones basadas en evidencia sólida”.

Metodología del análisis

El análisis cuantitativo siguió un enfoque estructurado que abarcó toda la cadena de producción porcina, desde las granjas hasta la mesa del consumidor. Se evaluaron cortes cárnicos, embutidos y salazones mediante un modelo diseñado para identificar los puntos críticos de riesgo. Randazzo también destacó la colaboración clave del Dr. Marcelo Signorini en el desarrollo del estudio.

El informe concluye con un llamado a fortalecer los controles sanitarios y la generación de datos en tiempo real, esenciales para mitigar el impacto de la trichinellosis en la salud pública argentina.

 

 

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