miércoles 05 de febrero de 2025 - Edición Nº2254

INVESTIGACIÓN + TRATAMIENTO | 4 feb 2025

Vacuna nasal contra el Chagas: un avance del CONICET

Un equipo de investigadores desarrolla un prototipo preventivo en etapa preclínica. En ensayos in vivo, mostró eficacia en la reducción de la miocarditis y la inflamación cardíaca.


Investigadores del CONICET en el Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (IDICER, CONICET-UNR) y el Laboratorio de Tecnología Inmunológica de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabajan en el desarrollo de una vacuna de administración nasal para prevenir la enfermedad de Chagas. En estudios preclínicos realizados en modelos animales, el prototipo mostró resultados positivos en la disminución de la miocarditis, la inflamación y las alteraciones electrocardiográficas en la fase crónica de la enfermedad. Este enfoque es innovador, ya que la mayoría de las investigaciones sobre vacunas contra el Chagas se han centrado en la fase aguda, inmediatamente posterior a la infección.

“La enfermedad de Chagas, mal llamada ‘Mal de Chagas’, es una afección parasitaria causada por el Trypanosoma cruzi que impacta principalmente al corazón, afectando al 30 % de los infectados”, explica Ana Rosa Pérez, directora del IDICER y una de las responsables del estudio. También puede provocar megavísceras (agrandamiento anormal del colon y el esófago) y, en menor medida, alteraciones neurológicas.

Un problema de salud pública

En Argentina, la manifestación más frecuente de la enfermedad en su fase crónica es la miocarditis chagásica crónica (MCC), que puede generar insuficiencia cardíaca, trasplantes e incluso muerte súbita. Esta afección suele manifestarse entre 15 y 30 años después de la infección, impactando principalmente a adultos jóvenes en edad laboral.

Pérez señala que, si bien el Chagas es endémico en el norte del país, la migración de personas desde zonas afectadas ha provocado la presencia de la enfermedad en otras regiones. En Rosario, por ejemplo, hay una alta cantidad de casos adquiridos por vía vectorial (a través de la vinchuca), pero también es frecuente la transmisión congénita de madre a hijo. Se estima que en Argentina hay entre 1,5 y 2 millones de infectados y que, a nivel global, la cifra asciende a 400.000 personas fuera de América Latina.

Vacuna con potencial

La enfermedad de Chagas tiene una fase aguda, que dura los primeros meses tras la infección, y una fase crónica, que puede ser asintomática o presentar complicaciones cardíacas y digestivas con el tiempo. Actualmente, existen solo dos fármacos para tratar la infección: el benznidazol y el nifurtimox, desarrollados hace más de 70 años.

“El problema es que estos medicamentos son altamente efectivos solo en la fase aguda, pero esta suele pasar desapercibida, por lo que la mayoría de los infectados no recibe tratamiento a tiempo”, advierte Pérez. Si la enfermedad se detecta en un recién nacido con infección congénita, el tratamiento logra una cura del 100 %. Sin embargo, en adultos, la eficacia del tratamiento se reduce al 50 % o menos.

En este contexto, la vacuna nasal representa una alternativa prometedora. Al ser preventiva, busca inmunizar a la población antes de la infección, y su administración nasal facilitaría la aceptación y distribución. “No está destinada a quienes ya tienen la enfermedad, pero sí podría ayudar a reducir la carga parasitaria en aquellos que se infecten, disminuyendo la gravedad de la enfermedad”, detalla Pérez.

El equipo del CONICET y la UNL también trabaja en una variante terapéutica de la vacuna, destinada a personas en fase crónica indeterminada, para evitar la progresión a miocarditis. Ambas vacunas se encuentran en etapa preclínica y requieren financiamiento para avanzar en los ensayos clínicos.

“Es un camino largo, pero estos avances nos acercan a una solución que podría cambiar el curso de la enfermedad de Chagas”, concluye Pérez

 

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