miércoles 12 de marzo de 2025 - Edición Nº2289

SALUD PÚBLICA | 6 feb 2025

Alerta epidemiológica

La fiebre amarilla avanza en Sudamérica

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica ante el preocupante aumento de casos de fiebre amarilla en la región. En los últimos meses de 2024 y las primeras semanas de 2025, se confirmaron 61 casos, con 30 muertes, cifra que supera los registros de los dos años anteriores.


La enfermedad, que hasta ahora se encontraba concentrada en la región amazónica de Bolivia, Brasil, Colombia, Guyana y Perú, comenzó a expandirse a zonas fuera de este epicentro, como el estado de São Paulo en Brasil y el departamento de Tolima en Colombia.

Este cambio en la distribución geográfica de la fiebre amarilla representa una amenaza para otros países de la región, entre ellos Argentina, que históricamente ha debido reforzar sus estrategias de prevención ante brotes en zonas limítrofes.

Ante este escenario, la OPS hace un llamado a las autoridades sanitarias para reforzar la vigilancia epidemiológica, aumentar la cobertura de vacunación en zonas de riesgo y concienciar a la población sobre la importancia de la inmunización.

La OPS señaló además que la mayoría de los casos reportados en 2024 correspondieron a personas no vacunadas, lo que subraya la necesidad de fortalecer las campañas de inmunización, especialmente en áreas fronterizas y en viajeros que se dirijan a zonas con transmisión activa del virus. La vacunación es la herramienta más eficaz para prevenir la fiebre amarilla y evitar su expansión.

En tanto, recomienda a los sistemas de salud locales estar preparados para una respuesta rápida ante eventuales brotes, asegurando la disponibilidad de vacunas y fortaleciendo los protocolos de diagnóstico y tratamiento. La detección temprana y el manejo clínico adecuado son fundamentales para reducir la mortalidad de la enfermedad.

Un problema regional con impacto global

Desde 1970, la fiebre amarilla resurgió como una amenaza en las Américas, con brotes recurrentes que causaron muertes en diversos países. En 2014, el virus rompió su confinamiento en la Amazonia, un fenómeno que algunos expertos atribuyen a cambios en la interacción entre monos, mosquitos y humanos, posiblemente vinculados a la deforestación y al cambio climático.

Ante este contexto, la OPS insiste en la necesidad de una vigilancia activa y coordinada entre los países de la región. Solo mediante estrategias conjuntas de prevención, vacunación y respuesta rápida se podrá mitigar el impacto de la fiebre amarilla y evitar su propagación a nuevas zonas, como Argentina, que debe mantenerse en alerta ante la evolución de la situación en sus países vecinos.

 

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