sábado 08 de marzo de 2025 - Edición Nº2285

SALUD PÚBLICA | 19 feb 2025

Pacientes y tratamientos: cuando la falta de adherencia pone en riesgo la salud

A pesar de décadas de estudios y alertas, la mitad de los pacientes con enfermedades crónicas no sigue su tratamiento correctamente. La falta de estrategias efectivas y la ausencia de responsabilidad compartida agravan el problema.


El incumplimiento de los tratamientos médicos es un problema global que persiste a pesar de las advertencias históricas y las investigaciones contemporáneas. De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2003 alrededor del 50% de los pacientes con enfermedades crónicas no seguían las indicaciones de sus tratamientos. Más de dos décadas después, los indicadores siguen siendo preocupantes. 

Un reciente estudio paneuropeo sobre la gestión de la adherencia a la medicación, parte del proyecto ENABLE de la Cooperación Europea en Ciencia y Tecnología (COST), revela que la adherencia a los tratamientos sigue siendo una tarea descuidada por los profesionales de la salud. La mayoría de los 2.875 encuestados en 40 países europeos indicaron que su principal método para evaluar la adherencia era "preguntar al paciente" (86,4%), mientras que sólo el 56,8% verificaba los registros de prescripción o dispensación. Esta práctica, que contrasta con la rigurosidad con la que se realizan diagnósticos o se administran medicamentos, expone una preocupante falta de estandarización en el control de la adherencia.

Además, el estudio señala que menos del 6% de los encuestados utilizan cuestionarios validados para medir la adherencia, lo que representa una brecha en la aplicación de herramientas basadas en evidencia. La falta de priorización de este problema también se refleja en que solo el 53,7% de los profesionales de la salud controlan la adherencia cuando los tratamientos no dan resultado, y el 4,4% afirmó que no se preocuparía por la adherencia incluso si la condición del paciente empeorara.

La incertidumbre sobre la responsabilidad también agrava la situación. Según la investigación, muchos profesionales consideran que la adherencia no es parte de su rol, y los farmacéuticos, en particular, son los menos propensos a evaluar y documentar la adherencia (31,6%). Entre las razones citadas para esta falta de acción están la ausencia de métodos estandarizados, de datos accesibles y de guías claras para registrar y reportar la adherencia.

Ante este panorama, los expertos hacen un llamado a la acción con tres recomendaciones clave:

  1. Priorizar la adherencia a los tratamientos como un estándar mínimo en la práctica clínica.
  2. Elevar los estándares de monitoreo mediante métodos objetivos, en lugar de basarse en el autoinforme del paciente.
  3. Actualizar las directrices globales sobre adherencia para estandarizar procedimientos y mejorar la documentación.

El informe concluye que no basta con aceptar la falta de adherencia como una constante. Se requieren esfuerzos concretos y coordinados para cambiar la realidad y mejorar los resultados en salud. La responsabilidad de este problema debe ser compartida, y es imperativo que todos los actores del sistema sanitario asuman un papel activo en su solución.

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