

Este tipo de cáncer, que afecta a miles de mujeres en todo el mundo, puede prevenirse casi en su totalidad mediante la vacunación, los controles médicos y el acceso oportuno a estudios de detección.
El cáncer de cuello uterino es causado principalmente por la infección persistente del Virus del Papiloma Humano (VPH), un virus muy común que se transmite por contacto sexual. Se estima que 8 de cada 10 personas lo contraerán en algún momento de sus vidas, aunque en la mayoría de los casos desaparece sin generar síntomas. Sin embargo, en un pequeño porcentaje, puede producir lesiones que, con el tiempo, podrían evolucionar en cáncer.
En Argentina, esta enfermedad es una de las principales causas de muerte por cáncer ginecológico. Cada año se diagnostican alrededor de 4.600 nuevos casos y más de 2.200 mujeres fallecen a causa de esta patología. Sin embargo, con las herramientas adecuadas, estas cifras pueden reducirse significativamente.
Por eso la prevención es el pilar fundamental para erradicar el cáncer de cuello uterino. Existen tres estrategias esenciales:
Vacunación contra el VPH: Previene la infección por los tipos de VPH responsables de la mayoría de los casos de este cáncer. La vacuna es gratuita y obligatoria para niños y niñas de 11 años en Argentina.
Papanicolaou (PAP): Es un examen sencillo que permite detectar lesiones en el cuello del útero antes de que se conviertan en cáncer. Se recomienda a partir de los 25 años y, si los resultados son negativos en dos controles seguidos, puede repetirse cada tres años.
Test de VPH: Identifica la presencia del virus en el cuerpo y permite actuar antes de que cause alteraciones celulares.
El acceso a estos estudios y vacunas es esencial para reducir la incidencia del cáncer cervicouterino. Sin embargo, aún existen barreras que dificultan la prevención, especialmente en mujeres en situación de vulnerabilidad, quienes tienen menos posibilidades de acceder a controles de salud.
En el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, es fundamental reforzar el compromiso con la difusión de información, la promoción de los controles médicos y la vacunación, herramientas clave para erradicar esta enfermedad y salvar vidas.