

En Argentina, más del 60% de los niños padecen parásitos intestinales, una situación alarmante que subraya la urgencia de intensificar las campañas de concientización y prevención. Este problema de salud se enmarca dentro de las parasitosis intestinales, consideradas una de las principales enfermedades infecciosas desatendidas (EID) a nivel global.
En este marco, la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), junto con Laboratorios Andrómaco, lleva adelante la quinta edición de su campaña de prevención, cuyo propósito es informar a la población sobre los riesgos y métodos de prevención y tratamiento de esta afección.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.5 mil millones de personas en el mundo están infectadas por parásitos intestinales. En América Latina, las geohelmintiasis, el tipo más común de parasitosis, afectan a más de la mitad de la población. En Argentina, las condiciones de saneamiento y acceso a agua potable siguen siendo factores críticos en la propagación de la enfermedad.
El Dr. Edgardo Smecuol, médico gastroenterólogo de la SAGE, destaca que la transmisión de estos parásitos está estrechamente vinculada a la falta de higiene, el acceso insuficiente a agua potable y la ausencia de prácticas adecuadas de saneamiento. "Mejorar estas condiciones puede reducir significativamente la prevalencia de parásitos intestinales", afirmó Smecuol. Además, advirtió sobre la necesidad de realizar controles de salud periódicos y fomentar hábitos higiénicos adecuados.
Los parásitos intestinales se transmiten principalmente a través de la contaminación del suelo, el agua y las redes cloacales. Factores ambientales como las altas temperaturas, las precipitaciones y la vegetación favorecen la proliferación de estas infecciones. En el caso de Argentina, las provincias del norte y este del país, como Misiones (82%), Formosa (78%) y Buenos Aires (67%), presentan los índices más elevados de parasitosis. El cambio climático ha exacerbado esta problemática, favoreciendo la diseminación de los parásitos.
Una de las medidas más efectivas para controlar la parasitosis es la administración masiva de medicamentos antiparasitarios, especialmente en áreas endémicas. El mebendazol, un fármaco ampliamente utilizado, ha demostrado ser eficaz para prevenir las parasitosis del tracto gastrointestinal.
Para prevenir esta afección, es fundamental adoptar hábitos de higiene como el lavado frecuente de manos, el consumo de agua segura, la higiene de frutas y verduras, el uso de calzado adecuado y la correcta cocción de los alimentos. Ante síntomas como picazón anal, diarrea, dolor abdominal, irritabilidad, presencia de gusanos en las heces o anemia, se recomienda consultar a un médico.
Existen tratamientos seguros y eficaces, que, junto con la implementación de prácticas higiénicas, pueden combatir la parasitosis intestinal.