sábado 19 de abril de 2025 - Edición Nº2327

INVESTIGACIÓN + TRATAMIENTO | 14 abr 2025

Los productos veganos no siempre son lo que parecen

Un estudio de la UBA analizó más de 200 productos vegetales disponibles en comercios del AMBA y detectó que muchos no cumplen con los requisitos nutricionales esenciales.


Cada vez más personas eligen una alimentación basada en plantas, motivadas por razones éticas, ambientales o de salud. En Argentina, alrededor del 12% de la población se declara vegetariana o vegana, según datos de la Unión Vegana Argentina. Sin embargo, un estudio reciente advierte que no todos los productos que se comercializan como saludables cumplen con ese estándar nutricional.

Un equipo de investigadores de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) analizó más de 200 alimentos de origen vegetal disponibles en supermercados, dietéticas y comercios especializados del Área Metropolitana de Buenos Aires. El objetivo fue evaluar su perfil nutricional y determinar si realmente aportan los nutrientes esenciales para una dieta equilibrada.

“Cuando se abandona una dieta omnívora, es fundamental que la nueva alimentación esté bien planificada”, advirtió el profesor Luis Dyner, investigador de la Cátedra de Bromatología de la UBA. “De lo contrario, pueden producirse deficiencias de nutrientes esenciales como hierro, zinc, calcio, vitaminas B12 y D, omega 3 y el equilibrio entre sodio y potasio”.

Estos nutrientes no siempre están presentes en los alimentos de origen vegetal o, si lo están, no necesariamente en cantidades suficientes ni con buena biodisponibilidad. “Una cosa es que el empaque declare la presencia de un nutriente, y otra que el cuerpo realmente lo absorba”, explicó Dyner. Por ejemplo, el hierro de origen vegetal se absorbe con menor eficiencia que el hierro de origen animal. Algunos alimentos, como los germinados, pueden mejorar esta absorción, al igual que el consumo simultáneo de frutas ricas en vitamina C.

El estudio identificó que muchos de los productos industriales dirigidos al público vegetariano/vegano —como medallones, bebidas vegetales o análogos de quesos— contienen altos niveles de sodio, grasas, aditivos y una larga lista de ingredientes. “No siempre son una opción saludable. A veces, ni siquiera están fortificados con los nutrientes clave que deberían reemplazar”, señaló Carola Greco, también docente e investigadora de la Cátedra de Bromatología y directora del proyecto.

Las bebidas vegetales, por ejemplo, están lejos de ser equivalentes a la leche de vaca en términos nutricionales. “Pueden carecer de calcio, tener exceso de sodio o grasas, y no siempre incluyen vitamina B12, un nutriente esencial que solo se encuentra naturalmente en alimentos de origen animal”, explicó Greco. “Y cuando estos productos sí incluyen nutrientes fortificados, suelen tener un costo elevado, lo que representa otra barrera”.

Además, lo que figura en las etiquetas nutricionales puede no reflejar con exactitud la composición real del producto. “La legislación permite una diferencia de hasta un 20% entre lo declarado y el contenido real”, explicó Greco. Pero, según el estudio, las diferencias detectadas a veces fueron incluso mayores.

Por estos motivos, el equipo de investigación está ampliando el estudio hacia los suplementos dietarios específicos para vegetarianos y veganos. El objetivo es verificar si estos productos cumplen con su promesa de cubrir los nutrientes críticos para una dieta saludable.

En poblaciones con requerimientos especiales, como niños, embarazadas y madres lactantes, la planificación nutricional es aún más importante. “Una dieta vegetariana o vegana puede ser saludable, pero requiere un seguimiento profesional y conocimiento específico para evitar deficiencias que pueden tener consecuencias graves”, concluyó Greco.

 

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