miércoles 14 de mayo de 2025 - Edición Nº2352

SALUD PÚBLICA | 28 abr 2025

Avance argentino: desarrollan un prototipo de vacuna contra la brucelosis porcina

Investigadoras del CONICET y de la Fundación Instituto Leloir lograron resultados alentadores en un modelo experimental que podría impactar en la salud pública y en la producción animal.


La ciencia argentina dio un paso importante en la lucha contra la brucelosis porcina, una enfermedad zoonótica de alto impacto sanitario y económico para la que, hasta ahora, no existe una vacuna disponible. Investigadoras del CONICET en el Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (IDEHU) de la UBA y en la Fundación Instituto Leloir desarrollaron una estrategia innovadora que logró estimular las defensas inmunes en modelos animales. Los resultados fueron publicados en la revista Frontiers in Immunology.

“Este avance representa un paso importante hacia el desarrollo de una vacuna contra la brucelosis porcina, que podría ayudar a controlar la transmisión de la bacteria y reducir su impacto en la salud pública y la producción animal”, destacó Magalí Bialer, doctora en Química Biológica y primera autora del trabajo junto con la bioquímica Florencia Muñoz González.

La estrategia se basa en el uso de “vesículas de membrana externa” (OMVs, por sus siglas en inglés), pequeñas estructuras liberadas naturalmente por las bacterias, que contienen varios de sus componentes sin implicar el uso del patógeno completo. “Estas OMVs pueden usarse como vacunas acelulares, es decir, que no poseen la bacteria completa y, entonces, no pueden causar la enfermedad”, explicó Bialer.

El equipo analizó OMVs provenientes de dos tipos de Brucella suis: una cepa normal y otra modificada genéticamente para no expresar una proteína clave, MapB, fundamental para la integridad de la envoltura bacteriana. Al comparar su efectividad en ratones, observaron que la variante modificada inducía una respuesta inmune más robusta y mejoraba la protección frente a una infección simulada.

“Además, analizamos sueros de cerdos que habían sido infectados naturalmente con Brucella suis y encontramos que reconocían los antígenos de las OMVs, lo que sugiere que contienen los componentes necesarios para activar el sistema inmunológico en el hospedador natural”, agregó Muñoz González.

La investigación fue codirigida por la biotecnóloga Mariana C. Ferrero desde el IDEHU y por la doctora en Ciencias Químicas Ángeles Zorreguieta, jefa del Laboratorio de Microbiología Molecular y Celular de la Fundación Instituto Leloir. El bioquímico Pablo Baldi, director del IDEHU, también participó como coautor. “Nuestros hallazgos indican que las OMVs son prometedoras candidatas vacunales porque generan una respuesta inmune fuerte y brindan protección frente a la infección con Brucella suis”, subrayó Baldi.

Una amenaza sanitaria global

La brucelosis es una enfermedad bacteriana de distribución mundial que puede transmitirse de animales a humanos a través del contacto directo, el consumo de productos lácteos no pasteurizados o la inhalación de aerosoles contaminados. Aunque en la Argentina existen vacunas para el ganado bovino y caprino, no hay opciones disponibles para cerdos ni para seres humanos.

El impacto económico es severo: la infección provoca abortos, infertilidad y pérdida de productividad en los animales, mientras que en las personas causa una enfermedad debilitante caracterizada por fiebre, fatiga, dolor de cabeza y sudoración excesiva.

De acuerdo con datos oficiales, 2023 fue el año con mayor número de casos confirmados de brucelosis en Argentina en el último lustro. Brucella suis, específica de los cerdos, fue la especie más frecuente, responsable del 60% de los contagios humanos.

La Organización Mundial de la Salud impulsa el concepto de “Una Salud”, reconociendo la interdependencia entre la salud humana, animal y ambiental. En este marco, el desarrollo de nuevas herramientas preventivas como esta vacuna experimental podría tener un efecto multiplicador para proteger a múltiples especies y disminuir los riesgos de transmisión.

La investigación avanza ahora hacia etapas preclínicas más amplias, con la expectativa de que, en un futuro no lejano, se pueda contar con una vacuna efectiva contra una enfermedad que afecta tanto al campo como a las ciudades.

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