

Con 7,4 millones de profesionales, la enfermería representa el 63% del personal de salud en la Región de las Américas. No obstante, los datos revelan una realidad compleja, marcada por desigualdades en la distribución del recurso humano, condiciones laborales inadecuadas, falta de oportunidades de desarrollo profesional y liderazgo, y una preocupante disminución en la cantidad de nuevos graduados.
Uno de los datos más significativos es la disparidad en la disponibilidad del personal: mientras algunos países cuentan con 135 profesionales por cada 10.000 habitantes, otros apenas alcanzan los 7. Además, el 40% de los países de la región no supera los 30 profesionales por cada 10.000 habitantes, lo que pone en evidencia profundas brechas en el acceso a cuidados de calidad.
A esto se suma que el 87% del personal de enfermería está compuesto por mujeres, quienes enfrentan una doble carga: desigualdad de género y escaso reconocimiento profesional. Pese a que la mayoría de los países cuenta con autoridades de enfermería en sus ministerios, la participación efectiva del colectivo en la toma de decisiones sigue siendo marginal.
La OPS advierte además sobre una tendencia preocupante: entre 2018 y 2023, la cantidad de egresados de programas de enfermería en la región cayó de 81 a 24 por cada 10.000 habitantes, lo que refleja una pérdida de atractivo de la carrera entre las nuevas generaciones. Las causas son múltiples: falta de incentivos, salarios bajos, escaso reconocimiento social y condiciones laborales que muchas veces no contemplan ni el bienestar ni la salud mental del personal.
Estrategias urgentes y sostenibles
La OPS propone una agenda de acción basada en evidencia y centrada en cinco ejes clave:
En Argentina, la enfermería cumple un rol fundamental en todos los niveles del sistema de salud: hospitales, centros de atención primaria, consultorios y hogares. Enfermeros y enfermeras participan activamente no solo en el cuidado clínico, sino también en la promoción de la salud, la educación sanitaria y la prevención de enfermedades.
A pesar del alto compromiso social que caracteriza a la profesión en el país, los desafíos regionales también están presentes: brechas en la distribución del recurso humano, escasa jerarquización del rol profesional, desigualdad de género y limitadas oportunidades para el desarrollo académico y de liderazgo.
La conmemoración del 12 de mayo es una oportunidad para poner en primer plano el valor insustituible de la enfermería y exigir políticas públicas que garanticen su fortalecimiento a corto y largo plazo. Invertir en enfermería no es solo una necesidad laboral: es una estrategia esencial para la sostenibilidad de los sistemas de salud y para el cuidado integral de nuestras comunidades.