

Argentina destina el 9,5% de su Producto Interno Bruto (PIB) al sistema de salud, uno de los niveles de inversión más altos de América Latina. Sin embargo, enfrenta serias dificultades para garantizar el acceso equitativo a tratamientos y sostener la respuesta frente a enfermedades de alto impacto, como el cáncer. La paradoja interpela no solo al sistema sanitario, sino también al modelo económico que sostiene esa estructura, que deja al descubierto que la inversión en salud no puede limitarse al financiamiento, sino que debe enfocarse en generar acceso real, prevención oportuna e innovación con sentido social.
Los datos hablan por sí solos y para tomar un ejemplo, el cáncer es hoy la tercera causa de muerte en el país. En 2022 se diagnosticaron más de 130 mil nuevos casos y una de cada cinco muertes prematuras (antes de los 75 años) se deben a esta enfermedad. Las consecuencias van más allá de la salud: solo ese año, la pérdida de productividad vinculada al cáncer representó el 6,2% del PIB, una cifra superior a los ingresos fiscales del país y comparable al gasto total en salud.
“Diagnosticar a tiempo y garantizar el acceso oportuno a tratamientos no solo salva vidas, también protege el tejido económico y social. Cuando hay diagnóstico tardío o tratamientos inaccesibles, el costo lo paga toda la sociedad”, advirtió María de San Martín, presidenta de la Fundación Dónde Quiero Estar, organización que trabaja con pacientes oncológicos y promueve políticas públicas centradas en el acceso y la equidad.
Las declaraciones se dieron en el marco del FIFARMA Annual Summit, que puso sobre la mesa el desafío de construir sistemas de salud más resilientes y sostenibles en América Latina. Si bien el encuentro fue promovido por el sector industrial, también reunió a representantes de gobiernos, agencias reguladoras y organizaciones de pacientes. El diagnóstico fue compartido y los presentes llegaron a la conclusión de que urge dejar de concebir a la salud como un gasto para empezar a entenderla como una inversión estratégica.
Según el informe W.A.I.T. Indicator 2025, elaborado por FIFARMA en alianza con IQVIA, apenas el 35% de las terapias innovadoras aprobadas globalmente entre 2014 y 2024 están disponibles en el país. Y si bien más del 70% de los medicamentos que se aprueban localmente logran ser comercializados, persisten barreras regulatorias, económicas y estructurales que limitan su llegada a quienes más lo necesitan.
En este sentido, destacaron que la falta de acceso a tratamientos efectivos, sumada a los diagnósticos tardíos, genera una pérdida de capital humano que afecta el desarrollo económico. Frente a este escenario, los especialistas advierten que Argentina necesita avanzar en políticas públicas que integren mejor su sistema de salud, fortalezcan la evaluación de tecnologías sanitarias y prioricen la cobertura pública de tratamientos de alto impacto. Todas acciones que podrían generar ahorros sostenibles a largo plazo y mejorar la calidad de vida de millones de personas.