

La hepatitis viral afecta a más de 250 millones de personas en el mundo, y cada año se producen al menos 1,2 millones de nuevas infecciones, muchas de ellas sin síntomas. Esta falta de signos visibles en los estadios iniciales dificulta la detección temprana y favorece su propagación.
La hepatitis es una inflamación del hígado que puede tener distintas causas, aunque las más frecuentes son las infecciones por virus. La OMS identifica cinco tipos principales de hepatitis viral: A, B, C, D y E. Cada uno se transmite de forma diferente y tiene niveles variables de gravedad. La hepatitis A y E suelen propagarse por alimentos o agua contaminada, mientras que las hepatitis B, C y D se transmiten por contacto con sangre infectada u otros fluidos corporales.
De todas ellas, la B y la C son las más peligrosas, ya que pueden evolucionar hacia formas crónicas, generando enfermedades como la cirrosis o el cáncer de hígado. “En muchos casos, los síntomas son leves o inexistentes, lo que dificulta su detección temprana y tratamiento”, señaló el Dr. Ricardo Tapia, médico familiar del CMC Salta de Boreal Salud (MP 4288).
Grupos de riesgo y prevención
Si bien cualquiera puede contraer hepatitis, existen ciertos grupos especialmente vulnerables. Entre ellos se encuentran:
Personas que reciben transfusiones de sangre o tratamientos de hemodiálisis.
Individuos con múltiples parejas sexuales sin protección.
Quienes viven en contextos de precariedad sanitaria.
Recién nacidos de madres con hepatitis B, si no reciben vacunación temprana.
Frente a este panorama, especialistas subrayan que la prevención es clave. Las principales medidas incluyen:
Vacunación, especialmente contra la hepatitis A y B.
Higiene personal, como el lavado frecuente de manos y el consumo de agua segura.
Uso de preservativos durante las relaciones sexuales.
Evitar compartir objetos personales como jeringas o elementos cortopunzantes.
Controles médicos periódicos, en especial para quienes integran grupos de riesgo.
“La vacunación representa uno de los pilares fundamentales en la lucha contra la hepatitis. Gracias a ella, millones de vidas han sido salvadas y muchas infecciones han sido prevenidas”, destacaron desde Boreal Salud. “Pero la prevención no se limita a la inmunización; también implica educación, diagnóstico temprano, acceso al tratamiento y la promoción de prácticas seguras”.
El Día Mundial contra la Hepatitis es una oportunidad para fortalecer políticas sanitarias, promover el testeo gratuito y masivo, reforzar la vacunación y generar conciencia. El abordaje de esta enfermedad requiere del compromiso del sistema de salud y de la participación activa de la comunidad.