

Un estudio del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), financiado por el Instituto de Investigación del Cáncer del Reino Unido, estimó la carga sanitaria y económica del tabaquismo según nivel socioeconómico con resultados son contundentes: las personas con menores ingresos no solo fuman más, sino que también enferman y mueren más por causas asociadas al consumo de tabaco, y destinan una proporción mucho mayor de sus ingresos a afrontar sus consecuencias.
“El cigarrillo hace mal a todos, pero no de la misma manera ni con el mismo costo. Este estudio demuestra con evidencia que el tabaquismo golpea con más fuerza a quienes tienen menos”, explicó Natalia Espínola, magíster en Economía, investigadora principal y coordinadora de Economía de la Salud en el IECS.
Más muertes, más enfermedades, más pobreza
Según el análisis, el 26% de las personas de bajos ingresos fuma, frente al 21% de los sectores con más ingresos. Esa diferencia se traduce en 7% más muertes (11.855 vs. 11.085) y 15% más casos de enfermedad (109.838 vs. 95.405) al año entre los quintiles más bajos.
Si bien el gasto anual de bolsillo en salud relacionado con el tabaquismo es similar en valores absolutos entre los grupos ($370.906 vs. $394.112), su peso sobre la economía de cada hogar es muy distinto: 26,3% del ingreso en los hogares con menos recursos contra apenas 3,5% en los más ricos. Al sumar pérdidas de productividad y costos de cuidado informal, la carga total asciende al 68% del ingreso en los hogares más pobres, frente al 8,4% en los más ricos.
“El tabaco no solo enferma y mata, también empobrece. Las personas con menos ingresos enfrentan más barreras para acceder a la salud y un mayor riesgo de caer en la pobreza por los costos que genera la enfermedad”, advirtió Federico Augustovski, coautor del estudio y director del Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Economía de la Salud del IECS.
Políticas con impacto redistributivo
El trabajo también evaluó el efecto de implementar plenamente las políticas de control del tabaco recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), conocidas como medidas MPOWER: aumento de impuestos, empaquetado neutro, prohibición de publicidad y ambientes libres de humo.
Los resultados muestran que estas medidas beneficiarían a toda la población, pero con un impacto especialmente favorable en los sectores más vulnerables. Por ejemplo, un aumento del 50% en el precio de los cigarrillos junto con el empaquetado neutro evitaría aproximadamente el doble de muertes en los quintiles más bajos y generaría un ahorro 14 veces mayor en gastos de bolsillo en comparación con los sectores más ricos.
La aplicación combinada de estas políticas permitiría evitar miles de casos de gasto catastrófico en salud y prevenir que miles de familias caigan en la pobreza debido a las enfermedades provocadas por el tabaco.
La investigación del IECS concluye que el tabaquismo en Argentina no solo es un problema sanitario prevenible, sino también una causa concreta de inequidad económica. La evidencia muestra que las políticas de control del tabaco, además de salvar vidas, pueden actuar como herramientas de redistribución, reduciendo las brechas de salud y protegiendo financieramente a los hogares con menos recursos.