

El II Congreso Internacional de Salud Pública, organizado por la Asociación Argentina de Salud Pública (AASAP) reunió a referentes políticos, académicos y autoridades sanitarias, en un encuentro que destacó la necesidad de fortalecer la salud pública, defender derechos y repensar la gobernanza sanitaria en un contexto de inequidades estructurales y tensiones sociales.
En la apertura, el vicepresidente de la AASAP, Arnaldo Medina, señaló que el Congreso constituye «una oportunidad para debatir y compartir experiencias para fortalecer el sistema de salud y la salud pública», advirtió sobre «políticas de ajuste y retrocesos en la garantía de derechos» y afirmó que «la salud es un derecho humano fundamental, no una mercancía». «Defender la salud pública es también denunciar cuando se retroceden los derechos, porque este Congreso significa un acto de resistencia y compromiso», apuntó.
Construir poder desde la diversidad
En tanto, la presidenta de la AASAP, Alejandra Sánchez Cabezas, advirtió sobre los discursos negacionistas y el avance de las derechas que buscan «hacernos volver a la Edad Media, con el mercado como el nuevo dios totalitario». Frente a este escenario, subrayó la importancia de «construir poder desde la diversidad y la colaboración». Para Sánchez Cabezas, la labor de la AASAP tiene tres dimensiones: la estratégica/política, que implica «construir poder»; la académica/técnica, basada en «profesionalismo, evidencia, ciencia y tecnología»; y el poder cotidiano, representado en «acciones diarias en el territorio». Y concluyó que «necesitamos evitar divisiones y enfocarnos en los verdaderos desafíos, construyendo un poder de salud desde la base».
Acceso a la salud
En la apertura, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, destacó el valor de encontrarse y dialogar colectivamente en momentos de adversidad. Definió el acceso a la salud como «un acto de profundo patriotismo» y remarcó que «cada encuentro es un espacio de construcción de soberanía y salud con participación popular». Además, subrayó que «no puede pensarse nunca más un proyecto del país que no tenga en su eje central un proyecto de salud para su pueblo. No podemos pensar de ninguna manera que pueda haber un proyecto del país que no tenga dos elementos centrales: un proyecto de educación y de salud estructural en la vida de todos y todas».
Desafíos y tensiones en los ministerios
En la mesa «Rol de los Ministerios de Salud, roles y desafíos», coordinada por Sánchez Cabezas, se abordaron los retos específicos que enfrentan las autoridades sanitarias y la complejidad de la gobernanza en un país fragmentado. La presidenta de la AASAP abrió la discusión destacando que «los grandes desafíos y tensiones en el sector salud son un tema recurrente en muchos gobiernos» y que es necesario «abordar la coyuntura actual reconociendo las complejidades del país», en un contexto atravesado por «enormes desigualdades e inequidades».
Sánchez Cabezas cuestionó además el alcance del concepto de rectoría: «Se cuestiona el significado de la palabra “rectoría” y su aplicación práctica», e invitó a los ministros a compartir sus experiencias y desafíos pendientes: «Queremos identificar los desafíos más fuertes que hoy enfrentan y aquellos pendientes para la próxima gestión».
En este sentido, hizo un llamado a identificar los desafíos y tensiones que los ministros de salud están experimentando, y planteó la necesidad de abordar la coyuntura actual, reconociendo las complejidades del país y la coyuntura.
Fragmentación y falta de ley unificada
El ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, centró su exposición en la fragmentación del sistema argentino y la ausencia de un marco legal unificado. Y explicó que «Argentina tiene problemas de inequidad en su sistema de salud, exacerbados por la fragmentación y segmentación del mismo». Además, agregó que «el federalismo nacional añade otra capa de complejidad al sistema de salud, con 24 subsectores horizontales además de los verticales». Quirós sostuvo que «se necesitan al menos 10 años para mover el sistema de salud hacia un lugar definitivo, pero la inestabilidad política dificulta este proceso», y advirtió que «aproximadamente 500 personas toman decisiones sobre sus obras sociales sin coordinación, lo que dificulta la planificación estratégica a largo plazo».
Respecto a la gobernanza, señaló que «las iniciativas de centralización a través del financiamiento no han sido efectivas, y algunos intentan evadir gastos argumentando el federalismo». Además, hizo hincapié en la ausencia de una ley que defina el sistema de salud: «Casi todos los países con sistemas de salud exitosos han establecido una ley que define cómo es su sistema único, universal y gratuito. Argentina tiene más de 2.500 leyes de salud, pero carece de una ley que defina su sistema de salud, lo cual es una vergüenza nacional». Para Quirós, «es necesario visionar un sistema único, universal y gratuito con 24 subsistemas coordinados, o mitigar las consecuencias de cualquier camino que se tome», y alertó que «el problema profundo en Argentina es la incapacidad de acordar respetuosamente, ya que los acuerdos suelen imponerse en lugar de respetarse». «Propongo un camino hacia el futuro donde seamos capaces de acordar respetándonos», sintetizó.
Retos prácticos y federalismo
El ministro porteño también reflexionó sobre las dificultades de transformar el sistema de salud: «Al llegar al Ministerio de Salud, me di cuenta de que es muy difícil hacer las cosas que uno quiere debido a los condicionantes del contexto, no de las personas o ideologías. Uno se asusta al darse cuenta de que es imposible transformar el conflicto y se encierra en un pequeño proyecto de oficina para salvar el momento. Esto le pasa sobre todo a los funcionarios que no tienen tanta experiencia pública. Si fuera el ministro de Salud de la Nación en este momento, lo primero que haría es renunciar», dijo.
Sobre la federalización y la gobernanza, Quirós explicó que «es necesario entender desde dónde se toman las decisiones, que no comparto. Si el Ministerio de Salud de la Nación me dice que la salud de los 3 millones de porteños es mi responsabilidad, le diría que primero me dé las fuentes de financiamiento de todos los ciudadanos porteños». Y apuntó que «si el camino es la federación completa, dialoguemos sobre las consecuencias de esta medida». Quirós convocó a «discutir la arquitectura del sistema único, universal y gratuito que queremos para nuestros ciudadanos» y señaló que «hoy tenemos un ministerio que tiene como objetivo desandar el gasto económico sin poner en diálogo discusión profunda y cierta, con un argumento que es la federalización, sin construir un destino común».
Urgencia de acuerdos claros
Kreplak coincidió en la necesidad de acuerdos claros y de continuidad en las políticas públicas y advirtió que «estamos de acuerdo en se arranca por una discusión, pero tenemos un problema grande: una crisis debido al demérito de la gestión pública nacional».
«Es crucial que todos nosotros, no solo los ministros, nos demos cuenta de que hay que actuar ahora, porque la situación se agrava. El problema principal en nuestro país es la falta de claridad, un reflejo típico de las crisis que parece convertirse en cultura. Ante la crisis, la reacción común es achicarse y adoptar una actitud defensiva, lo cual se manifiesta en la gestión política y en la negación de atención a municipios opositores».
El ministro bonaerense agregó que «además de gobernanza, hay un problema de gobierno: falta construir herramientas y tomar decisiones a nivel estatal». En este punto, sostuvo que “el Cofesa se ha convertido en un espacio donde se busca obtener algo en lugar de tomar decisiones vinculantes y acordadas».
«Es fundamental discutir sobre el federalismo y entender que los problemas de las provincias son responsabilidad del Estado Nacional; necesitamos acuerdos, normas y reglas claras para abordar los problemas complejos que enfrentamos en el país», sintetizó.
Respecto a la articulación de políticas concretas, Kreplak enfatizó que «es necesario un acuerdo entre todos para políticas como recetas electrónicas e historia clínica digital» y recalcó que «el Estado Nacional debe proporcionar herramientas para facilitar la colaboración entre jurisdicciones».
«Es importante mostrar la vocación de trabajar en conjunto con otras provincias y trazar puentes de trabajo y el Estado Nacional debe institucionalizar un camino para el sistema de salud», concluyó.