

El cáncer se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud pública mundial y su carga continuará creciendo durante las próximas décadas. Así lo revela el estudio “La carga mundial, regional y nacional del cáncer, 1990–2023, con previsiones hasta 2050”, publicado recientemente en la revista The Lancet, en el marco del Estudio de la Carga Mundial de Enfermedades (GBD 2023).
El trabajo, que analizó 47 tipos de cáncer en 204 países y territorios a lo largo de más de tres décadas, muestra una tendencia alarmante: el cáncer fue la segunda causa de muerte global en 2023, con 10,4 millones de fallecimientos, y se espera que para 2050 esa cifra ascienda a 18,6 millones, un incremento del 75 %. Los nuevos casos pasarán de 18,5 millones en 2023 a 30,5 millones en 2050, lo que representa un aumento del 61 % en la incidencia.
El informe advierte que los países de ingresos bajos y medios concentrarán la mayor parte de ese crecimiento, con un aumento previsto del 90 % en las muertes por cáncer, frente a un 43 % en los países de ingresos altos. Esta disparidad refleja no sólo las desigualdades en el acceso a diagnóstico y tratamiento, sino también las limitaciones estructurales de los sistemas de salud en contextos de menor desarrollo.
Los investigadores señalan que, aunque las tasas de mortalidad ajustadas por edad tienden a disminuir levemente, el envejecimiento poblacional y el crecimiento demográfico explican la mayor parte del aumento absoluto de casos y muertes. En conjunto, el cáncer contribuyó a 271 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) en 2023, y el 42 % de las muertes se atribuyen a factores de riesgo modificables como el tabaquismo, el alcohol, la dieta no saludable, la obesidad y la contaminación ambiental.
El panorama argentino
Los hallazgos globales se reflejan con nitidez en la Argentina. Según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2024) “Abordando el impacto del cáncer en la salud, la economía y la sociedad – Nota de país: Argentina”, el cáncer es actualmente la tercera causa de mortalidad nacional, y entre 2023 y 2050 se prevé que una de cada cinco muertes prematuras (18 %) ocurra por esta enfermedad.
Cada año, el cáncer provocará 34.200 muertes prematuras, y la esperanza de vida media de la población será 1,8 años menor que en un escenario sin cáncer. Este impacto se traduce en pérdida de vidas y en una presión creciente sobre los recursos económicos y laborales.
El informe estima que el gasto sanitario vinculado al cáncer es 31 mil millones de pesos más por año de lo que sería sin esta enfermedad, y que la reducción en la participación y productividad laboral equivale a 104.000 trabajadores a tiempo completo, con una pérdida anual de 17,6 mil millones de pesos. Además, el cáncer provocará en promedio 1.200 nuevos casos de depresión por año entre 2023 y 2050, sumando una carga adicional para el sistema sanitario y social.
A medida que la población argentina envejece, el gasto en salud per cápita por cáncer podría aumentar un 70 % hacia 2050, aun manteniendo las condiciones actuales. Si además se considera la prolongación de la supervivencia -que implica tratamientos más extensos- y el costo creciente de los nuevos medicamentos y tecnologías oncológicas, el gasto total podría elevarse en otro 39 % durante el mismo período.
Prevenir, detectar y tratar
Tanto The Lancet como la OCDE coinciden en que abordar la carga del cáncer de forma eficaz requerirá estrategias nacionales e internacionales integrales, centradas en la prevención, la detección temprana, la equidad en el acceso a los tratamientos y el fortalecimiento de los sistemas de salud.
De acuerdo con la OCDE, si la Argentina lograra igualar las mejores tasas de supervivencia observadas en los países de la OCDE y la Unión Europea, se podrían prevenir una de cada dos muertes prematuras por cáncer, aumentar la esperanza de vida en 10 meses y añadir el equivalente a 13.600 trabajadores a tiempo completo, con un incremento marginal del 1,7 % en el gasto sanitario global.
En paralelo, las políticas preventivas podrían generar un impacto aún mayor. Alcanzar los objetivos internacionales sobre los principales factores de riesgo permitiría prevenir el 10 % de los casos de cáncer, evitar el 14 % de las muertes prematuras y reducir el gasto en salud asociado en un 27 % en el país.
La vacunación también juega un papel crucial. Según el mismo estudio, una cobertura óptima contra el virus del papiloma humano (VPH) podría prevenir el 84 % de las muertes por cáncer de cuello uterino y reducir el gasto sanitario en 4.846 millones de pesos por año, beneficiando especialmente a las generaciones más jóvenes.
Desafíos hacia 2050
Las proyecciones hasta mediados de siglo dibujan un escenario desafiante: más casos, más muertes y una presión económica cada vez mayor sobre los sistemas de salud. Aunque las tasas de mortalidad ajustadas por edad podrían disminuir ligeramente, los avances actuales son insuficientes para cumplir la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3.4, que propone reducir en un tercio la mortalidad por enfermedades no transmisibles para 2030.
En la Argentina, los datosconfirman que el impacto del cáncer no sólo compromete la salud individual sino también la sostenibilidad sanitaria y económica del país. La combinación de envejecimiento poblacional, desigualdad en el acceso y altos costos terapéuticos exige políticas sostenidas de prevención, control y equidad sanitaria.
Fuentes:
The Global Burden of Cancer 1990–2023, with projections to 2050: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2023, The Lancet, 2024.
Abordando el impacto del cáncer en la salud, la economía y la sociedad – Nota de país: Argentina, OCDE, 2024.