

A través de la Resolución 1800/2025, publicada en el Boletín Oficial, la Superintendencia de Servicios de Salud (SSSalud) estableció que el SIGMAC (Solución Integral de Gestión de Medicamentos de Alto Costo) será el sistema único para la trazabilidad y validación de todos los programas vigentes y futuros vinculados a estos tratamientos. Su uso es obligatorio para los Agentes del Seguro de Salud inscriptos en el Registro Nacional (RNAS), los laboratorios proveedores y las empresas logísticas involucradas.
La plataforma, que comenzó a operar el 1° de julio, digitaliza los procesos de solicitud, autorización y provisión, permitiendo -según indicó la Superintendencia- un acceso más rápido y equitativo para los pacientes, y una gestión más eficiente y controlada para los financiadores. En términos operativos, el nuevo esquema reposiciona a la SSSalud como negociador centralizado en las compras y licitaciones para planes existentes y futuros, reemplazando la negociación individual que realizaba cada financiador con la industria, aunque sin erogar fondos propios. Este cambio, afirman desde el organismo, ya permitió alcanzar descuentos significativos y generar ahorros estimados en decenas de miles de millones de pesos.
El avance del SIGMAC se da en paralelo a una reconfiguración más amplia del sistema. El informe de LLYC analiza el impacto de las medidas nacionales adoptadas en los últimos meses, desde la reestructuración de la provisión pública -con la disolución de la DADSE y la creación de la DINADIC- hasta el despliegue de herramientas como el procedimiento de mediación prejudicial en salud (PROMESA) y la progresiva incorporación de evaluaciones técnico-económicas a través de organismos como CONETEC y la eventual Agencia Nacional de Evaluación de Financiamiento de Tecnologías Sanitarias (ANEFiTS).
El reporte también identifica el papel creciente de las provincias, que en su mayoría incrementaron su presupuesto en salud, avanzaron en la elaboración de vademécums propios y ensayaron modelos de compra conjunta o importaciones directas. No obstante, el financiamiento del alto costo continúa mayoritariamente bajo la órbita nacional, manteniendo al Estado central como eje articulador entre acceso y sostenibilidad.
Para la industria farmacéutica, el nuevo escenario implica adaptarse a negociaciones más concentradas y basadas en evidencia, con mayores requerimientos de trazabilidad, eficiencia y sustentabilidad. En palabras de María Eugenia Vargas, directora general de LLYC en Argentina, “el modo en que el sistema de salud argentino gestiona los medicamentos de alto costo es un factor determinante para la planificación estratégica de la industria farmacéutica. Desde los distintos sectores, el foco debería estar en contribuir a consolidar modelos que garanticen el acceso equitativo a la innovación y permitan que los avances terapéuticos lleguen efectivamente a los pacientes”.
En un contexto de innovación acelerada y presión creciente sobre el gasto público, la gestión del alto costo se consolida como uno de los ejes críticos para el futuro del sistema de salud argentino. El desafío, según plantea el informe, será equilibrar rectoría nacional, autonomía provincial y sostenibilidad financiera sin perder de vista el objetivo principal: garantizar el acceso oportuno y equitativo a las terapias que lo requieren.