martes 18 de noviembre de 2025 - Edición Nº2540

PUNTO DE VISTA | 18 nov 2025

Medicamentos de alto precio

Por qué sin acción colectiva, los medicamentos seguirán siendo un lujo

14:41 |Un análisis publicado en The BMJ advierte que la negociación país por país profundiza desigualdades y reclama compras conjuntas y precios escalonados.


Un nuevo trabajo publicado en The BMJ examina por qué los países, incluso los de mayores ingresos, continúan enfrentando serias dificultades para garantizar el acceso oportuno y asequible a medicamentos innovadores de alto costo.

El estudio, firmado por Zoltán Kaló y un equipo internacional de expertos, sostiene que los mecanismos actuales de fijación de precios, diseñados de manera estrictamente nacional, profundizan desigualdades y consolidan desequilibrios de poder frente a la industria farmacéutica. La fragmentación de los sistemas y la negociación individual país por país dejan particularmente expuestos a los Estados de menor tamaño y menores ingresos, que pagan precios proporcionalmente más altos y sufren demoras o directamente la ausencia de lanzamiento de terapias críticas.

Incluso dentro de Europa -una región con regulación avanzada y alto gasto en salud-s los autores documentan fuertes inequidades en tiempos de acceso, precios y disponibilidad. Uno de los factores estructurales que alimentan estas disparidades es el uso extendido de la fijación de precios de referencia externa, por la cual un país define el valor de un medicamento tomando como parámetro los precios de otras jurisdicciones. En teoría, este método debería contener costos. En la práctica, cuando países ricos utilizan de referencia a países de ingresos bajos, se generan efectos regresivos: las compañías evitan lanzar productos más baratos en mercados pequeños para no afectar los precios en los mercados más lucrativos. Las consecuencias son precios máximos, menor disponibilidad y retrasos sustantivos en los países con menor poder de negociación. La industria también aprovecha ventajas estructurales con descuentos confidenciales, estrategias de lanzamiento escalonado para maximizar ingresos y amplia asimetría de información.

En contraste, los sistemas públicos, caracterizados por su fragmentación y poder de compra limitado, no logran corregir estas distorsiones ni prevenir inequidades crecientes. Frente a este escenario, surge la propuesta de impulsar mecanismos de acción internacional coordinada, como la compra conjunta y la fijación de precios escalonados basados en la equidad.

 

Experiencias previas

Estas estrategias fueron identificadas por la Iniciativa de Medicamentos de Oslo, impulsada por la OMS Europa, como herramientas con potencial para fortalecer el poder de negociación de los países, reducir cargas administrativas y mejorar la asequibilidad de medicamentos costosos. Las experiencias previas respaldan esta orientación y brindan como ejemplos algunas iniciativas como el Fondo Rotatorio de la OPS para vacunas, los mecanismos globales creados a partir de la crisis del VIH, o los consorcios europeos establecidos durante la pandemia de COVID-19, que demuestran que la compra conjunta puede traducirse en mayor volumen negociado, precios más bajos, eficiencia operativa y acceso más homogéneo.

Durante la pandemia, por ejemplo, la Comisión Europea firmó once contratos con ocho fabricantes que garantizaron disponibilidad para hasta 4600 millones de dosis, logrando niveles de cobertura superiores a los de Estados Unidos hacia finales de 2021. La evidencia también revela que los modelos colaborativos funcionan entre países de altos ingresos. El mecanismo de Adquisiciones Conjuntas del Golfo opera desde 1978 y la experiencia de consorcios como Beneluxa o el Foro Farmacéutico Nórdico indica que la mancomunación de la demanda facilita el acceso a productos que, de otro modo, no estarían disponibles. El otro eje propuesto para equilibrar el mercado es la fijación de precios escalonada basada en la equidad, mediante la cual los países pagan precios diferenciados de acuerdo con su capacidad de pago -medida por variables como PBI per cápita o gasto en salud- y no según la lógica comercial definida por la industria. Este modelo difiere de la discriminación de precios aplicada actualmente por los laboratorios, que suele perpetuar inequidades: investigaciones muestran que, ajustado por paridad de poder adquisitivo, algunos países de bajos ingresos llegan a pagar más por medicamentos oncológicos que naciones de altos ingresos.

 

Transparencia y acuerdos multilaterales

Para que los precios escalonados funcionen, los autores plantean requisitos que incluyen transparencia de precios y costos de investigación y desarrollo, acuerdos multilaterales estables, límites a la reexportación y criterios de valor definidos mediante evaluaciones conjuntas de tecnologías sanitarias. También advierten que los países ricos deberían aceptar pagar más que los de bajos ingresos, un punto políticamente sensible, pero indispensable para garantizar sostenibilidad y justicia distributiva. La compra conjunta y la fijación de precios escalonados comparten un prerrequisito: transparencia. La resolución 72.8 de la Asamblea Mundial de la Salud pide a los Estados que publiquen precios netos, costos de investigación, datos de ensayos, ingresos por ventas y estado de patentes. Sin información completa, coinciden los autores, no es posible diseñar políticas basadas en evidencia ni reducir la asimetría que hoy domina la negociación con la industria. Los países europeos, señalan, son actores relativamente pequeños dentro del mercado farmacéutico global. Actuar de manera aislada los debilita y por eso la acción colectiva -sostienen- puede orientar a la industria hacia la satisfacción de necesidades sanitarias prioritarias y, al mismo tiempo, aliviar la presión financiera sobre sistemas que enfrentan terapias cada vez más complejas y más costosas.

La propuesta final del artículo es avanzar con pilotos concretos que permitan probar en la práctica estos modelos de cooperación. La OMS Europa podría facilitar experiencias piloto con medicamentos de alto valor clínico y precios elevados, con la participación coordinada de financiadores y fabricantes.

El objetivo es construir una hoja de ruta detallada que permita superar barreras regulatorias, técnicas y políticas, y que abra paso a un nuevo paradigma de acceso, más equitativo y más sostenible.

El trabajo concluye que, en un mercado global dominado por asimetrías, opacidad y poder concentrado, la acción colectiva aparece como la estrategia más eficaz, y posiblemente la única, para garantizar que medicamentos innovadores y costosos lleguen a quienes más los necesitan, sin profundizar desigualdades ni comprometer la sostenibilidad de los sistemas de salud.

Fuente: BMJ 2025; 391 doi: https://doi.org/10.1136/bmj-2025-084839

 

 

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