Las apuestas online, antes asociadas a públicos adultos y a entornos regulados, irrumpieron con fuerza entre adolescentes escolarizados en Argentina. Los datos recientes de la Coordinación Nacional de Juventud y el Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina, con apoyo del Fondo de la Emperatriz Shôken, muestran un fenómeno que crece, se diversifica y expone a menores a riesgos emocionales, financieros y sociales que el sistema aún no logra contener.
Los resultados surgen de una encuesta nacional realizada a 11.421 estudiantes de 231 escuelas en 16 provincias, entre ellas Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Juan, San Luis, Formosa, Entre Ríos, Corrientes, Salta, Santiago del Estero, Jujuy, La Rioja, Chubut y Tierra del Fuego.
Según el informe, 6 de cada 10 estudiantes de secundaria tiene contacto directo o indirecto con el juego digital:
La edad de inicio se ubica entre 13 y 14 años, y la participación crece de manera sostenida hasta los 17 y 18. La brecha de género es marcada: 24% de los varones dijo haber apostado, frente a 8% de las mujeres.
El vínculo se estructura alrededor de pares y entornos cercanos:
Acceso facilitado y controles insuficientes
La digitalización funciona como puerta de entrada:
Esa exposición incluye redes sociales, influencers, sitios deportivos, transmisiones en vivo y plataformas de streaming. La mitad de los encuestados reconoce influencia directa de figuras mediáticas, mientras que 44% comenzó motivado por bonos, incentivos o promociones.
En materia normativa, el panorama es crítico:
La mayoría considera que los mecanismos de restricción no funcionan:
Impactos en la salud mental y la vida cotidiana
Aunque la participación aparece naturalizada, el estudio identifica efectos concretos sobre el bienestar:
El 12% quedó endeudado a raíz del juego, un indicador que se profundiza entre varones de mayor edad.
La encuesta revela además que la problemática se discute poco en los espacios de formación:
Para José Scioli, director del Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina, los datos muestran “claramente el riesgo al que están expuestos niños y niñas de 13 a 18 años. El uso de billeteras digitales y la publicidad permanente son las principales puertas de ingreso a las apuestas online, sin distinguir plataformas legales de ilegales. El 75% de los y las adolescentes que entrevistamos pide controles más estrictos”.
Desigualdades territoriales
La región metropolitana de Buenos Aires registra tasas de participación superiores a los promedios nacionales, aunque la expansión del juego digital atraviesa a todas las provincias relevadas.
Las motivaciones varían con la edad:
Las consecuencias también muestran diferencias:
Un ecosistema que favorece la expansión
El informe describe un entorno digital que combina anonimato, creación rápida de cuentas, oferta promocional permanente, algoritmos de captación y un discurso de recompensa inmediata. Todo esto opera sobre adolescentes que aún no desarrollaron plenamente habilidades de regulación emocional o toma de decisiones.
Al mismo tiempo, la normalización en la vida cotidiana como charlas grupales, códigos de pertenencia, desafíos en redes, dificulta la detección temprana. El estudio identificó patrones que se repiten en todas las provincias, incluso en contextos escolares con acompañamiento institucional limitado.
Recomendaciones: intervenir en múltiples frentes
El informe propone una serie de medidas para frenar la expansión del fenómeno: