lunes 22 de diciembre de 2025 - Edición Nº2574

SALUD PÚBLICA | 22 dic 2025

Vacuna argentina contra el melanoma

Vaccimel y melanoma: un avance terapéutico que no reemplaza la prevención

08:51 |La vacuna desarrollada en Argentina abre una nueva etapa en el tratamiento del melanoma para un grupo muy específico de pacientes. «Es un avance importantísimo, pero no es una vacuna preventiva y no reemplaza el control dermatológico», explica Ana Clara Acosta, médica dermatóloga y responsable de Dermatología Oncológica del Hospital Ramos Mejía.


Aunque no sea el cáncer de piel más frecuente, el melanoma es el que más muertes provoca dentro de la dermatología. Su comportamiento impredecible, sumado a la falta de estadísticas nacionales actualizadas, contribuye a que siga siendo un problema subestimado, incluso dentro del propio sistema de salud.

«El melanoma es el tumor más grave de la dermatología y el que más muertes causa, aunque no sea el más frecuente», explica Ana Clara Acosta, médica dermatóloga del Hospital Ramos Mejía y responsable del sector de Dermatología Oncológica desde hace 15 años. «No contamos con datos estadísticos actualizados: hubo una red de carga de casos, pero se discontinuó, y eso también hace que el problema quede invisibilizado», agrega.

En la práctica cotidiana, el contraste es evidente. Mientras el cáncer cutáneo no melanoma estrechamente vinculado a la exposición solar acumulada aparece de manera constante en los consultorios, el melanoma sigue siendo menos frecuente pero mucho más complejo. «Es un tumor con una carga genética muy importante, el que tiene mayor cantidad de mutaciones, y además es completamente impredecible», señala Acosta.

Esa imprevisibilidad obliga a un seguimiento de por vida. «Nunca hablamos de curación. Hablamos de control permanente, porque hay pacientes con melanomas iniciales que muchos años después desarrollan metástasis, y otros que conviven durante largo tiempo con enfermedad avanzada», explica la especialista.

A diferencia de otros tumores, el cáncer de piel tiene una ventaja: es visible. Sin embargo, esa accesibilidad no siempre se traduce en diagnóstico precoz. «La piel está completamente accesible para el examen físico, pero muchas veces no se revisa al paciente como se debería», advierte Acosta. La falta de tiempo en las consultas médicas aparece como una de las principales barreras.

Una campaña que cambió hábitos

Desde hace más de tres décadas, la Sociedad Argentina de Dermatología impulsa una campaña sostenida de prevención y educación, coordinada por los especialistas Ana de Pablo, Andrés Politi y Ana Clara Acosta, que logró modificar conductas y generar mayor conciencia sobre el cuidado de la piel,

«Hace más de 32 años que desde la Sociedad Argentina de Dermatología realizamos campañas de prevención. Al principio, se hacían controles dermatológicos gratuitos en hospitales y consultorios de todo el país durante una semana; actualmente la gente consulta durante todo el año», dice Acosta. Y destaca: «Después de más de 30 años de campaña, se logró un cambio cultural: hoy el paciente sabe que tiene que hacerse un control dermatológico una vez por año. Antes eso no pasaba».

Ese efecto se multiplica en el ámbito hospitalario y así lo relata Ana Acosta: «El propio paciente se convierte en fuente de educación. Cuando se diagnostica un melanoma, idealmente esa persona trae a sus hijos, a sus hermanos, a su pareja, y es el primero en decir: “ponete protector solar”, “no estés al sol al mediodía”». Esa transmisión, señala, «es una forma de prevención que se ramifica».

Los ABCDE del melanoma

Las señales de alerta ante lesiones sospechosas resultan centrales, tanto para la población general como para los equipos de salud. 

Una de las herramientas más difundidas por las campañas de prevención es la regla del ABCDE, que permite reconocer signos de alarma en lunares o lesiones pigmentadas:

  • Asimetría: una mitad no coincide con la otra.
     
  • Bordes irregulares: dentados, mal definidos o difusos.
     
  • Color: no uniforme, con distintos tonos de marrón, negro, rojo, blanco o azul.
     
  • Diámetro: mayor a 6 milímetros o crecimiento progresivo.
     
  • Evolución: cambios en tamaño, forma, color, síntomas o sangrado.

«Si algo llama la atención, hay que activar la consulta. Esa decisión temprana puede cambiar el pronóstico», insiste la especialista.

Vaccimel: un avance terapéutico con alcances precisos

En este escenario aparece Vaccimel, una vacuna terapéutica desarrollada por el CONICET y licenciada al Laboratorio Cassará, que representa un avance relevante en el abordaje del melanoma cutáneo, aunque con indicaciones bien definidas.

«Cuando hablamos de vacuna, es importante aclarar que esta no funciona como las vacunas habituales. No es preventiva», subraya Acosta y apunta a que «no se indica en personas sanas ni en familiares de pacientes con melanoma. Es una vacuna terapéutica».

La indicación se limita a pacientes con melanoma ya diagnosticado y operado que, a partir de la evaluación anatomopatológica, presentan factores asociados a alto riesgo de progresión o diseminación. «El melanoma siempre se opera. Luego, con los datos que aporta el patólogo, se define si el paciente es de bajo o de alto riesgo. La vacuna apunta a ese grupo donde sabemos que hay riesgo, aunque todavía no se vea», explica.

Se trata de un grupo reducido. «No todos los pacientes se benefician. El paciente que debuta con metástasis no entra en esta indicación, y el paciente de bajo riesgo tampoco. Es un grupo intermedio, muy acotado», aclara.

Retrasar lo impredecible

La lógica de Vaccimel es intervenir antes de que la enfermedad se manifieste de forma clínica o radiológica. «El problema del melanoma es que es impredecible. Vos operás al paciente, los estudios dan bien, pero sabés que puede haber alguna célula tumoral dando vueltas. No sabés cuándo ni dónde va a producir metástasis», describe la médica.

Hasta ahora, el seguimiento implicaba controles periódicos y estudios por imágenes. «En definitiva, es esperar. Esperar a ver cuándo aparece la metástasis. Y eso es muy angustiante, tanto para el paciente como para el médico», agrega. En síntesis, la vacuna introduce una estrategia diferente: intentar retrasar o evitar esa progresión en pacientes seleccionados.

Desde el punto de vista biológico, Vaccimel actúa estimulando el sistema inmune de manera dirigida. «Como cualquier vacuna, estimula la respuesta inmune para atacar lo extraño. En este caso, una célula tumoral», explica la especialista y señala que la diferencia con otros tratamientos inmunológicos es la especificidad: «Se agregan componentes que dirigen esa respuesta especialmente contra el melanocito maligno, y eso hace que sea mucho más específica y con muy pocas reacciones adversas»..

Por el momento, Vaccimel no es de indicación libre. «No cualquiera puede indicarla. Aunque yo haga oncología, como dermatóloga no la puedo prescribir directamente», aclara y señala que los pacientes con indicación deben ser derivados al Hospital de Oncologia Marie Curie, donde se evalúa cada caso.

«Es un desarrollo muy reciente y todavía está siendo muy controlado. Todo el tiempo estamos actualizándonos para ver cómo se va a implementar», agrega. Actualmente, el acceso se da en el marco de investigación, sin costo para el paciente.

Un mensaje que no cambia

Para la especialista, incluso frente a innovaciones terapéuticas, el eje sigue siendo el mismo. «Existe el riesgo de pensar que una vacuna va a resolver todo y no es así. La vacuna no evita el melanoma, no reemplaza el control ni al dermatólogo», sintetiza.

En una enfermedad donde el tiempo es decisivo, la prevención, la detección temprana y el control dermatológico sostenido continúan siendo las herramientas más eficaces para reducir la mortalidad por melanoma.

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