lunes 02 de diciembre de 2024 - Edición Nº2189

PUNTO DE VISTA | 31 oct 2023

Salud sexual reproductiva

“Hay más consultas sobre vasectomías, la sociedad se está abriendo al tema”

Así lo revela el urólogo Fernando Yaber de la Universidad Nacional de Rosario y asegura que este método de planificación familiar, contemplado por ley desde 2006, empieza a hacerse masivo.


Los varones también pueden elegir poner el cuerpo, sin prejuicios y con responsabilidad cuando se trata de procreación responsable y planificación familiar. Así lo demuestra el incremento de vasectomías realizadas en el país. Según una estadística del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, en 2016 el número de hombres que se sometieron a esta intervención fue veinte en un año y hoy en día son entre diez a veinte por mes. Y aunque este método anticonceptivo quirúrgico está contemplado por ley desde 2006, recién ahora empieza a hacerse masivo.

“Hay más consultas sobre vasectomías; la sociedad se está abriendo al tema”, señala a Argentina Investiga Fernando Yaber, profesor titular de la cátedra de Urología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR y jefe del Servicio del Hospital Provincial del Centenario y del Sanatorio de la Mujer. En general, son parejas que deciden planificar su familia y llegan decididos porque la mujer no quiere seguir utilizando métodos anticonceptivos que no son tan efectivos o le pueden traer complicaciones. O porque recibieron la recomendación de los mismos obstetras acerca de que es más sencilla una vasectomía que una ligadura de trompas de Falopio.

Los hombres que consultan lo charlaron previamente en el núcleo familiar, ya tienen hijos, vienen acompañados por su pareja o solos porque rompieron su situación sentimental y no desean volver a ser padres y, en menor medida, también hay jóvenes solteros que tomaron esa decisión, según cuenta el doctor Yaber.

Para el especialista, esto sucede porque “la sociedad ha evolucionado” y la información está más disponible. Así y todo, antes de realizar la intervención los médicos deben explicar el procedimiento y las consecuencias de forma completa y comprensible para el paciente y este debe firmar un consentimiento informado. No se necesita la autorización de la pareja, cónyuge o juez, y ningún médico puede negarse o exponer prejuicios sobre la decisión de realizar la operación, ya que es personal.

Según explica el urólogo, es una cirugía sencilla con casi 100% de efectividad anticonceptiva y consiste en seccionar los conductos deferentes que transportan los espermatozoides. El procedimiento es rápido, dura alrededor de treinta minutos y es ambulatorio. Sólo un porcentaje mínimo puede quedar internado por algún hematoma o complicación.

La intervención se realiza con anestesia regional o anestesia local en la zona de los testículos y sedación. Consiste en hacer un corte muy pequeño en el escroto, de aproximadamente 1 cm para llegar a los conductos deferentes que transportan los espermatozoides que van a formar parte del semen. Una vez que se identifican, se bloquean mediante ligadura, sección y cauterización y se los cierra de manera definitiva para evitar que los espermatozoides salgan de los testículos. De esta forma la persona podrá excitarse y eyacular como antes pero sin contener espermatozoides en el líquido seminal.

Durante los dos o tres días posteriores a la intervención el paciente puede sentir algunas molestias por lo que conviene que use ropa ajustada para ayudar a sostener los testículos dado que esto reduce la hinchazón, el sangrado y el dolor. Es recomendable que la persona no tenga relaciones sexuales durante los tres primeros días por lo menos, pero pasada una semana puede hacer vida normal.

Yaber advierte que para que el método sea seguro, el hombre tiene que eyacular una cantidad aproximada de veinte veces antes de dejar de usar un método de barrera u otro alternativo, por si quedaron espermatozoides en los conductos. Luego, se hace un estudio de espermatozoides llamado espermograma y si da negativo, ese hombre ya no tiene que cuidarse más con respecto a la fertilidad.

Mitos

Para derribar algunos mitos en torno a este método, es importante destacar que la vasectomía no tiene efectos malos en el futuro, no afecta la salud en general ni la salud sexual, no daña los testículos, tampoco disminuye el deseo sexual. La erección tiene la misma firmeza y duración que antes, se eyacula la misma cantidad de semen y con igual aspecto pero sin espermatozoides. En definitiva, las relaciones sexuales no se alteran ni se disfrutan menos.

Algo que resalta el profesional es que este procedimiento sólo impide el embarazo pero no la transmisión de VIH ni otras infecciones de transmisión sexual, por lo que hay que usar preservativo para evitarlas.

Otra de las grandes dudas es si puede revertirse, en caso de que la persona decida tener hijos en un futuro. Y aquí el urólogo explica que para lograr un embarazo luego de una vasectomía hay dos opciones: hacer un tratamiento médico con técnicas científicas de fertilización asistida o hacer una nueva cirugía, que es difícil, costosa y no disponible en el sistema público de salud. Además, no siempre es efectiva, tiene una tasa de éxito entre el 30 y el 40% de los casos.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina el número de vasectomías realizadas se multiplicó por doce entre los años 2015 y 2019. De todos modos, por cada hombre que se realiza una contracepción quirúrgica, hay 26 mujeres o personas gestantes que se sometieron a esta práctica. Lo cierto es que desde que se legalizó este método de esterilización en el varón, aumentaron las consultas.

En el año 2006, entró en vigencia la ley N° 26.130 de Salud Sexual y Procreación Responsable, que establece que a partir de la mayoría de edad las personas pueden acceder de manera gratuita a la vasectomía. Y está dirigido especialmente para quienes deciden no tener hijos o ya tuvieron y no quieren tener más.

El Código Civil vigente reconoce que desde los 16 años las personas pueden tomar de manera autónoma todas las decisiones sobre el cuidado de su cuerpo. Sólo es requisito dejar constancia por escrito de la decisión después de recibir información completa y comprensible. No hace falta el consentimiento de la pareja ni de nadie más, ni tampoco haber tenido hijos. Las obras sociales nacionales y empresas de medicina prepaga tienen obligación de cubrir el 100% de las intervenciones.

Fuente: argentinainvestiga.edu.ar 


 

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